El mundo científico se moviliza para encontrar pruebas rápidas que determinen la presencia del SARS-CoV-2, o como se lo denomina comúnmente el coronavirus COVID-19. Instituciones como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) argentino se asociaron a la start-up CASPR Biotech, de base biotecnológica, para ajustar las técnicas que se utilizarán en un kit diagnóstico portátil para detectar el virus.
El pasado miércoles viajaron hasta San Francisco, Estados Unidos, becarios e investigadores para participar en el proyecto. De esta forma Adriana Rinflerch, se sumó a otra misionera, Daiana Ibáñez, ambas del Instituto de Biología Subtropical (IBS) que el CONICET y la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) sostiene en Puerto Iguazú.
Desde el país del norte continental, la doctora Rindflerch dialogó con el programa “Primera Plana” por FM 89.3 Santa María de las Misiones 89.3 y contó que la propuesta llegó de “los fundadores de esta start-up, quienes mientras yo hacía el doctorado, trabajaban en el mismo laboratorio y desarrollaban estas técnicas. Se mudaron y siguieron con las mismas técnicas diseñadas para aplicarlas a diagnósticos de distintas patologías. Uno de los blancos a diagnosticar era dengue. Como soy de Misiones nos contactamos con Laboratorios del Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA) del Nodo Posadas del IBS y empezamos a trabajar. A partir de ahí, desde que apareció el tema del COVID-19, empezaron a desarrollar técnicas para este virus”.
Pero el avance de la pandemia aceleró los tiempos y la necesidad de contar con investigadores capacitados para poner en marcha un kit diagnóstico portátil para detectar rápidamente el COVID-19.
“Nos trasladamos hasta acá (San Francisco, EEUU) donde los insumos son más accesibles en cuanto a tiempo para poner a punto una técnica. Eso lleva muchas pruebas y mucho tiempo. Acá los reactivos y los insumos nos llegan en el día o a la semana cuando en Argentina tarda un poco bastante más. Por eso todo se desarrolla ahora acá”, explicó Rindflerch.
Daiana Ibáñez, también misionera y del mismo IBS, lleva un mes en San Francisco. A Rindflerch la llamaron el miércoles pasado para viajar en un vuelo especial junto a los demás becarios e investigadores del CONICET a los EEUU.
“Salimos el viernes y todo fue rápido”, confió Adriana. “El grupo está conformado por argentinos menos dos personas. Se agrupa por objetivos: manejo de la muestra, obtención de la muestra, producto y cómo identificar los resultados, el device para el armado del kit y la parte molecular donde trabajamos las misioneras en la puesta a punto de la técnica”, dijo.
Consultada sobre los tiempos que demandará tener ese kit, Rindflerch reveló que “no estamos lejos. Estamos en la etapa de optimización para que, en un tiempo no muy lejano, se presente ante la Food and Drug Administration (FDA) y la ANMAT para que puedan aprobarlo como entes regulatorios acá y en Argentina. Si lo aprueban se podrá comercializar. Las pruebas llevan un poco de tiempo y no puedo decir un plazo. Somos un equipo con un objetivo concreto y esperamos en no más de dos meses pueda estar en el mercado”.
Un producto argentino
Consultada sobre las diferencias que existen entre este kit de testeo rápido y el que ya se aplica en Buenos Aires, Rindflerch explicó que el último “identifica los anticuerpos que aparecen en sangre cuando la persona tuvo dos semanas después de infectada. Este diagnóstico que trabajamos intenta identificar a las personas recientemente infectadas e inmediatamente aislarlas cuanto antes para evitar la transmisión”.
Aclaró que el kit “es un producto argentino y la idea es ponerlo a punto, aprobarlo y producirlo en la Argentina. Es argentino”.
Finalmente Adriana Rinflerch fue consultada por las vacunas y medicaciones que se producen en el mundo y las novedades que se manejan entre los investigadores y científicos.
“Se habla pero lo cierto es que la ciencia no sólo en nuestro país sino en el mundo, está enfocada en este problema. Se está trabajando en todos lados para obtener la vacuna, métodos diagnósticos, entre otras. En algunos países se están dando algunas pruebas pero es todavía muy temprano para decir que hay una solución”, opinó.
Buscando la técnica “de sol a sol”
“Estamos trabajando de sol a sol. Empezamos a las 8 de la mañana y nos vamos a las 8 de la noche cuando se cumplen los objetivos del día. San Francisco es una hermosa ciudad pero la vemos amaneciendo y oscureciendo”, contó la investigadora misionera Adriana Rindflerch a FM de las Misiones 89.3 sobre las jornadas de trabajo para llegar al kit de testeo rápido de COVID-19.
Admitió que “se extraña un poco la comida, ver el sol, esa es la diferencia entre los lugares”.
Y que la oferta de participar del proyecto en los Estados Unidos le generó temor “por los viajes y los aeropuertos llenos de gente. Pero vinimos en un avión vacío con dos chicas de Rosario, que viajaba para repatriar gente de Miami con pilotos y azafatas. De Miami a San Francisco tuvimos una conexión en un avión con pocas personas, nos distribuyeron una persona por línea entre hileras, con barbijos, alcohol en gel todo el tiempo. Acá tenemos un auto que nos busca y no tenemos contacto con otra gente que no sea de nuestro grupo, en una semicuarentena, compartiendo a la distancia con los demás para evitar enfermarnos y no complicar el proyecto”.
Rindflerch aseguró que “no es tan difícil mantenernos sanos. Es un tiempo hasta que pase esto, quedarnos en casa y cuidarnos lo más posible para poder volver a las calles”.
FUENTE: primeraedicion.com.ar