Una de las paradojas de la crisis por la cuarentena es que está golpeando a los lugares que mejor deberían estar: las clínicas de salud privadas.
Ayer, se conoció que la Fundación Favaloro cerrará dos centros de atención: las sedes Arenales y Pilar y concentrará toda la actividad en el edificio central de la avenida Belgrano.
En el primero de los casos, según publica Ambito, dejará de funcionar a fin de este mes mientras que el centro ubicado en la zona norte del conurbano lo hará a fin de junio.
La medida afecta a unos 50 empleados (25 por establecimiento) que serán reubicados en la casa central.
En los casos en que haya personal que no acepte esta propuesta por cuestión de distancia -como los que se desempeñan en Pilar- se negociará la forma de algún acuerdo entre las partes.
Esto se debe a que está vigente la prohibición de despidos (renovada el lunes por el Gobierno nacional).
A esto se suma el impacto que tendrá en empleados de empresas que ofrecían trabajo de manera tercerizada.
Según se publica, en la Favaloro as consultas de emergencia cayeron 74% respecto al año pasado. Un número similar fue para el caso de las cirugías generales.
La ocupación de camas en internación general y áreas críticas disminuyeron 28% y 29%.
La Fundación Favaloro es una institución sin fines de lucro que depende exclusivamente de los ingresos por sus servicios.
Las sedes de Arenales y Pilar eran alquiladas y, ante la baja de los ingresos, las autoridades tuvieron que optar por seguir pagando esas locaciones o mantener las fuentes de trabajo.
FUENTE: lavoz.com.ar