Por Agustina Rella
Cambios de hábitos, de paradigma, de procesos y formas se vieron repentinamente acelerados con la inminente necesidad de quedarnos en casa. La emergencia sanitaria por Covid-19 hizo repensar todas las estructuras organizativas del ser humano, su relación con el otro y con la naturaleza. En este marco, todo se desarrolla dentro de casa: el trabajo, el estudio, el ocio y el descanso. Y en ese contrapesar de tareas, miedos, plazos, el desafío de encontrar un equilibrio entre la vida de hogar, lo laboral y lo recreativo puede resultar agobiante.
Desde el inicio de la cuarentena obligatoria se planteó la imperiosa necesidad de pautar agendas, horarios específicos para cada actividad. Ordenarse, para no desesperar en el caos y terminar con “la cabeza quemada”.
Tal como explicó Laura Sosa, economista y coach en recursos humanos, “el síndrome de cabeza quemada existe hace mucho tiempo y es cuando una persona siente que se le están exigiendo más cosas o más responsabilidades de las que realmente tiene capacidad de hacer”.
“A veces sucede porque mi jefe, la empresa, el lugar donde estoy me demanda más de lo que yo estoy preparado para hacer o puede ser porque yo me exijo dar más. Con esta situación de aislamiento la exigencia es mucho mayor porque a lo que hacía normalmente, le tengo que añadir que estoy en casa con los niños, que no hay escuela, que los parámetros de trabajo están cambiando constantemente. Entonces, efectivamente tengo más responsabilidades y exigencias de las que puedo dar”, añadió.
Una vez más, los especialistas postulan que la clave es la organización.
Según estipuló Sosa en diálogo con Apocalipsis en el bar por la 100.7, debe ser una organización “tripartita: en casa, con el trabajo y con el equipo de trabajo”.
“Es necesario que el equipo de trabajo esté coordinado: en qué horarios van a estar produciendo, en qué horario se pueden escribir entre sí, pasándose información. Es necesario entender cuál es la capacidad de respuesta de cada uno trabajando de la casa y a su vez tengo que coordinar con quienes viva, si todos trabajamos/estudiamos desde casa”, detalló. “Es primordial que haya un acuerdo entre las partes, dentro de casa y afuera con la gente del trabajo para que todos podamos coordinarnos sin sentirnos exigidos” juzgó como eficiente.
En coincidencia, también en vivo por Radioactiva, Federico Knuppelholz, licenciado en Relaciones del Trabajo, planteó que lo que hoy llevamos adelante no es precisamente teletrabajo.
Confiar en nuestras capacidades y ayudar a otros nos fortalece y nos hace sentir mejor. Esta situación también pasará y nos hará más resilientes”Beatriz MartínezCoach y mentoring“Tuvimos que aprender a trabajar desde casa y eso en términos generales y técnicos no sería teletrabajo, porque en el teletrabajo hay todo un proceso previo que implica: organizar equipos , que las personas que van a realizar las tareas tengan las herramientas adecuadas, que el sistema de relación con sus compañeros, con sus jefes, con los objetivos y más, estén articulados. Ese sería el escenario ideal del teletrabajo para aplicarlo en impacto positivo”, aclaró el especialista al comparar que en pleno brote viral, “tuvimos que adaptar muy rápidamente los procesos que veníamos haciendo en las oficinas, sumado a que los que tienen hijos, esos hijos dejaron de ir a la escuela por ende la dinámica de la casa también se modificó”.
Si bien esta semana se avanzó en la aprobación de un proyecto de ley nacional para regular el teletrabajo, aún queda mucho camino por recorrer, debate y desafíos para todas las organizaciones.
Entretanto, Beatriz Martínez, especialista en coaching y mentoring, también aconsejó planificar el día y racionalizar el tiempo para evitar estrés. “Es importante tener un mapa del día en el que registremos qué es urgente, qué es importante, y qué puede esperar a mañana”, alegó.
A su vez, coincidió en el trabajo en equipo: “Repartir responsabilidades y asignar tareas con transparencia genera confianza en los que tienen que liderar la crisis. Dar información clara, establecer objetivos alcanzables y no sobreexigir son claves para no sumar estrés en este momento. Son tiempos para acompañar, para ser solidario”.
En ese sentido, Sosa ratificó que “también es importante que uno se respete a sí mismo y ponga los límites”.
“Más allá de que tengo que responder en mi trabajo, si decimos: ‘a las 20 cortamos’, respetar ese horario”, indicó y sumó la importancia de darle prioridad a todo lo que equilibre el estrés: salir a caminar, ir al gimnasio, leer un libro, jugar, escuchar música, meditar…
Puntos cardinales
La incertidumbre, las exigencias, los cambios y trabajar sin descanso durante largos períodos generan estrés. Así, una persona pierde el equilibrio entre su vida personal y laboral, pero para reconocer si hay estrés crónico por trabajar en casa, debo prestar atención a ciertos parámetros, según consignó Martínez.
Cansancio o agotamiento emocional, falta de paciencia, fatiga física y mental, irritabilidad, pérdida de motivación y frustración. También a nivel físico: pérdida del sueño, dificultad para respirar, dolor de pecho y comer/beber en exceso, son síntomas.
Del mismo modo, hay ciertas pautas para poder sopesar estos cambios, prestando atención a lo emocional, mental, físico y espiritual.
En primer lugar, en lo que respecta al área emocional, Martínez recomendó: reconectar con las emociones, identificar que nos aqueja, cómo nos sentimos. “Conectar con nuestras emociones no es algo que nos enseñen a hacer, así que podés empezar con ejercicios fáciles de conciencia plena que conecten con el estado presente, sin pelear con los pensamientos ni emociones”, sugirió. Asimismo, simplemente hablar con una persona conocida, expresar lo que nos está pasando o exteriorizarlo en un diario, también puede ayudar.
En cuanto al otro punto cardinal: lo mental, detalló que “es crucial establecer límites sanos, generar una rutina y metas para cumplir con tareas específicas”.
“Ser amable con uno mismo, todos estamos viviendo una situación inaudita y debemos tenernos paciencia”, avizoró al tiempo que recordó la necesidad de desconectar y no estar sobreinformados. “En momentos de crisis, es muy importante tener en cuenta la fuente de la información que recibimos y la calidad de conversaciones y contactos que establecemos. Es importante establecer un momento del día para informarnos y respetarlo, así como limitar el uso de redes sociales”.
A su vez, se ha comprobado que el cerebro necesita un tiempo para recuperarse. Por eso, la meditación, la lectura, el compartir tiempo con tus seres queridos, le dan a la mente un merecido descanso.
Por otro lado, el trabajo físico también va a sumar a sentirnos mejor: alimentación equilibrada, ordenada y el ejercicio como aliado del alivio mental. “Hay muchas alternativas de ejercicios, bailes para hacer al menos 30 minutos diarios. También es útil tomarse un recreo, poner alarmas cada 40 minutos para levantarse de la silla, cambiar de postura, estirarse y caminar por la casa”, expresó Martínez.
Por último, la coach postuló como proactivo, entre otras cosas, ser conscientes de todo lo que tenemos, “no olvidar ser agradecidos”. En esta línea, canalizar la energía en actividades placenteras es un plus así como conectar con nuestra parte espiritual: mantras, oraciones, meditación. “Confiar en nuestras capacidades y ayudar a otros nos fortalece y nos hace sentir mejor. Esta situación también pasará y nos hará más resilientes”, cerró, esperanzadora Martínez.
Áreas a reforzar
- Emocional
Conectar con las emociones para detectar que nos pasa, como nos sentimos. Hablar con alguien, llevar un diario. - Mental
Establecer límites sanos, rutina y metas claras.Tener paciencia. El cerebro necesita recuperarse, el ocio, la meditación, lectura, compartir tiempo con seres queridos, le da a la mente un descanso. - Física
Alimentación equilibrada y ordenada. Dar lugar al ejercicio al menos 30 minutos al día. - Espiritual
No debemos olvidar ser agradecidos y reconocer lo que tenemos. Conectar con nuestra parte espiritual: mantras, oración, meditación. Confiar en nuestras capacidades y ayudar a otros. ‘Todo pasará’.
FUENTE: elterritorio.com.ar