De acuerdo con las nuevas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la proporción de menores de cinco años con hepatitis B crónica fue inferior al 1% en 2019. Antes de que se introdujera la vacuna contra esta infección (en el periodo entre la década de 1980 y principios de la de 2000), esta proporción era del 5%.
Este logro permite cumplir una de las metas relativas a la eliminación de las hepatitis víricas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: reducir la prevalencia de las infecciones por el virus de la hepatitis B a menos del 1%.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, ha afirmado: «Ningún niño debería fallecer por no haber sido vacunado contra la hepatitis B. El logro que anunciamos hoy significa que reduciremos drásticamente las lesiones y cáncer hepáticos en las futuras generaciones. La estrategia más importante para luchar contra esta enfermedad y salvar vidas es prevenir la transmisión maternoinfantil. Incluso en plena pandemia de COVID-19, debemos asegurarnos de que las madres y los recién nacidos tienen acceso a recursos que pueden salvarles la vida, como la vacunación contra la hepatitis B».
En el Día Mundial contra la Hepatitis 2020, la OMS pide aunar esfuerzos para intensificar las medidas de prevención de la transmisión maternoinfantil del virus de la hepatitis B. Con ese fin, se deben realizar pruebas a las embarazadas, proporcionar tratamientos antivíricos profilácticos a quienes los necesiten y mantener y ampliar la vacunación de los recién nacidos y la inmunización contra esta enfermedad.
Más de 250 millones de personas en todo el mundo están infectadas de forma crónica por el virus de la hepatitis B. Los niños en etapa de lactancia son especialmente vulnerables, ya que el 90% de los que se infectan durante su primer año de vida pasan a ser portadores crónicos de este virus, que ataca el hígado y se lleva la vida de cerca de 900 000 personas cada año.
Prevenir la hepatitis B
Es posible proteger a los lactantes contra el virus de la hepatitis B con una vacuna segura y eficaz que confiere más de un 95% de protección. La OMS recomienda administrar a todos los lactantes una primera dosis de esta vacuna lo antes posible tras el parto, de ser posible durante las primeras 24 horas de vida, y a continuación administrar al menos otras dos dosis.
La expansión en los dos últimos decenios a escala mundial de la vacuna contra la hepatitis B, debida en gran parte al apoyo de la Alianza Gavi para las Vacunas, ha sido un gran logro de la salud pública y ha contribuido al descenso de las infecciones por el virus de la hepatitis B entre los niños. En 2019 se llegó a una cobertura del 85% en la administración de las tres dosis de la vacuna contra la hepatitis B durante la infancia, un avance frente al 30% del año 2000. Ahora bien, el acceso a la primera dosis de la vacuna, administrada en las primeras 24 horas de vida, sigue siendo irregular. La cobertura mundial de la dosis administrada al nacer es del 43%, porcentaje que se reduce al 34% en la Región de la OMS del Mediterráneo Oriental y a tan solo el 6% en la Región de África.«Ampliar el acceso a la dosis de la vacuna contra la hepatitis B administrada al nacer es la piedra angular de las actividades para prevenir la transmisión maternoinfantil del VHB. En algunos países, y especialmente en regiones como el África subsahariana, donde todavía no se vacuna a los recién nacidos contra la hepatitis B, es primordial garantizar la protección lo antes posible», señala la Dra. Meg Doherty, Directora de los Programas Mundiales contra el VIH, la Hepatitis y las ITS.
Otra forma de proteger a los niños pasa por ofrecer a las embarazadas tratamiento con antivíricos para reducir la transmisión maternoinfantil del virus de la hepatitis B. La OMS ya recomienda realizar pruebas sistemáticas a todas las embarazadas para detectar este virus, así como el VIH y la sífilis, lo antes posible durante la gestación. En vista de los nuevos datos sobre la seguridad y eficacia del tratamiento antivírico profiláctico en las embarazadas y sus hijos, la OMS hace públicas hoy dos nuevas recomendaciones:
- Las embarazadas que hayan dado positivo en las pruebas de detección de la infección por el virus de la hepatitis B (VHB) en sangre (la carga vírica del VHB) deberían recibir tratamiento preventivo antivírico con tenofovir desde la 28.ª semana de embarazo hasta el parto. Este fármaco antivírico está disponible a bajo costo en muchos países por menos de US$3 al mes.
- En entornos en los que no se pueden realizar las pruebas para conocer la carga vírica del VHB, la OMS recomienda utilizar una prueba alternativa de bajo costo (HBeAg) para determinar si una mujer cumple las condiciones para administrarle el tratamiento antivírico preventivo.
En los países que ya han conseguido una alta cobertura de inmunización contra la hepatitis B, en particular la administración oportuna de la dosis de la vacuna al nacer, ofrecer pruebas sistemáticas contra la infección por el VHB a las embarazadas y el tratamiento antivírico profiláctico a quienes lo necesiten es otra oportunidad de prevenir la transmisión del virus de la madre al niño.
«Interrumpir la transmisión vertical del VHB es uno de los principales puntales de la iniciativa de la ‘triple eliminación’, con la que se pretende eliminar la transmisión maternoinfantil de tres infecciones prevalentes en los países de ingreso bajo y mediano: VIH, sífilis y el virus de la hepatitis B», añadió la Dra. Doherty.
Eliminar la transmisión maternoinfantil del VHB es también un peldaño importante para lograr las metas de la estrategia mundial de la OMS contra las hepatitis, cuyo objetivo es reducir las nuevas infecciones por los virus de la hepatitis en un 90% y la mortalidad por esa razón en un 65%, en comparación con los niveles de 2015.
La pandemia de COVID-19 pone en peligro los progresos futuros
La COVID-19 amenaza con obstaculizar los progresos logrados en la eliminación del virus de la hepatitis B. Según un nuevo estudio de modelización realizado por el Imperial College de Londres en colaboración con la OMS, las interrupciones en los programas de vacunación contra la hepatitis B debidas a la pandemia podrían tener repercusiones importantes en las actividades realizadas para alcanzar las metas de la estrategia mundial.
En el peor de los casos, con niveles elevados de interrupciones tanto de la dosis administrada al nacer como de la vacunación infantil contra el virus de la hepatitis B (en un 60% y un 20% durante un año, respectivamente), y con retraso y recuperación lenta en la expansión del programa de vacunación hacia las metas previstas por la OMS para 2030 en el periodo posterior a la COVID-19, se proyecta que se registrarían 5,3 millones de nuevas infecciones crónicas por el virus de la hepatitis B entre los niños nacidos entre 2020 y 2030 y 1 millón de muertes más debidas al virus entre esos niños posteriormente. Por tanto, las oportunidades perdidas en estos momentos para prevenir nuevas infecciones por el VHB tendrán efectos a largo plazo y de por vida.
Nota para los redactores
El Día Mundial contra la Hepatitis se celebra cada año el 28 de julio para sensibilizar a la población sobre sobre las hepatitis víricas, una inflamación del hígado que provoca diferentes tipos de problemas, entre ellos cáncer hepático. El lema del Día Mundial contra la Hepatitis de este año es «Por un futuro sin hepatitis» con el fin de subrayar la importancia de prevenir la hepatitis B entre las madres y los recién nacidos.
Hay cinco cepas principales del virus de la hepatitis: A, B,C, D y E. Las hepatitis B y C juntas son la principal causa de mortalidad por esta enfermedad, ya que provocan 1,3 millones de muertes cada año. En plena pandemia de la COVID-19, las hepatitis víricas siguen segando la vida de miles de personas cada día.
FUENTE: Organización Mundial de la Salud