Tiene cáncer y pide que su mutual le autorice una prueba de médula ósea

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“Logré tanto en estos meses que no quiero desperdiciar el tiempo. Necesito volver a mi casa para ver a mi hijo Teo (6)”, expresó Marlen Barzola, quien tiene 23 años y lucha contra una leucemia linfoblástica aguda. Le reclama a la mutual de Conductores de Transporte Colectivo de Pasajeros (Osctcp) que la autorice a realizarse una prueba de compatibilidad para recibir un trasplante de médula ósea.

En diciembre, antes de recibirse de profesora de Educación Física en el Instituto de Formación Docente “Juan Pascual Pringles” (IFDC), la joven comenzó a sentir malestar, pero en un principio pensó que podía ser estrés. Unos meses después, cuando volvió de un viaje familiar, se descompensó. Fue ahí que llegó hasta la sala de primeros auxilios del Hospital Cerro de la Cruz. “Me hicieron análisis y no pudieron detectar lo que tenía, por lo que me llevaron al Policlínico. Allí estuve un día entero”, contó con la voz entrecortada y detalló que en ese entonces entró la oncóloga y le explicó que sus glóbulos blancos estaban altos.

“Me dijo que tenía cáncer en la sangre. La miré y le expliqué que estaba equivocada. ¿Cómo podía ser? Si estaba bien y ya me había recuperado”, recordó Marlen, quien manifestó que estaba acompañada por su mamá y no lo podían creer. De igual modo, destacó el accionar de la médica, quien la consoló. Le dijo que todo estaría bien y le consiguió un turno en la clínica Independencia en Buenos Aires, para empezar su tratamiento, ya que en San Luis no lo realizan.

La puntana señaló que los médicos le dijeron que la única cura es el trasplante. En marzo presentó los papeles en la obra social para que la habiliten a hacer un examen de histocompatibilidad, el cual le permitirá conocer si una de sus cuatro hermanas es compatible con ella para que le done médula ósea. “Mi pedido es que, aunque estemos en pandemia, se agilicen los trámites. Hay muchas personas que están en la misma situación”, precisó.

Marlen comenzó en abril con las quimioterapias de alto riesgo. Una semana está internada y luego tiene otra de recuperación. Su evolución ha sido tan favorable que le dieron el alta ambulatoria. Ahora se encuentra alojada en un hotel a unas pocas cuadras de la clínica, el cual se lo cubre la mutual, al igual que el tratamiento. En abril le hicieron una punción para conocer en qué fase estaba su enfermedad y salió cero, lo que significa que logró la remisión, que es la atenuación de los signos de la enfermedad.

“En agosto entraría en mi tercer bloque de alto riesgo. Me volverán a punzar y si sale negativo ya estaría en condiciones de ser trasplantada”, destacó la joven y manifestó que en caso de no obtener una respuesta por parte de la mutual debería repetir nuevamente el proceso. “Si tengo una recaída, mi recuperación no será la misma. Ya estoy cansada, lo que me mantiene viva son los rayos, pero mi cuerpo se debilita”, concluyó.

FUENTE: eldiariodelarepublica.com

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