Durante este 2020 se detectaron varios casos de leishmaniasis visceral en niños, por lo que se activó la alarma frente a esta enfermedad que es endémica en la provincia y bajo este tipo -hay tres- puede llegar a ser mortal si no se toman los recaudos necesarios como el diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y el seguimiento de los pacientes por al menos un año hasta darle el alta definitiva de la enfermedad.
Si bien no se encontró un registro que contenga los casos detectados en lo que va de este año, tan marcado por el coronavirus, desde Salud Pública de la provincia confirmaron a El Territorio dos casos, uno en Santo Pipó hace aproximadamente un mes y medio, y otro en Puerto Leoni.
Mientras, la infectóloga Liliana Arce, jefa del Servicio de Infectología del Hospital de Pediatría Fernando Barreyro, refirió el diagnóstico de tres pacientes con leishmaniasis visceral a través de punción de médula ósea. Son también niños de Puerto Iguazú, Capioví y San Ignacio que “continúan en seguimiento y respondieron muy bien al tratamiento”.
La leishmaniasis visceral es una enfermedad grave que afecta tanto a personas como a perros y provincias como Misiones, Formosa, Corrientes y Santiago del Estero reportan casos de esta dolencia desde hace más de diez años.
Se transmite a través de la picadura de un insecto muy pequeño llamado flebótomo, pero recibe también nombres como carachai o mbarigüí. El huésped es el perro y si el insecto pica a uno infectado con el parásito que causa leishmaniasis, al tomar su sangre también lo ingiere y la próxima vez que pique a otro perro o persona, el parásito pasará a ellos.
El vector es el único que puede transmitir la enfermedad, no pasa de persona a persona y tampoco sucede en contacto directo con los canes.
El caso de Santo Pipó
Junior Barchuk, director del hospital de Santo Pipó, señaló que el caso de leishmaniasis visceral fue en un niño de 9 años que fue atendido en un principio en el nosocomio local, pero por la complejidad del cuadro fue derivado a Posadas donde permaneció al menos diez días internado y recibiendo el tratamiento.
“Fue un caso aislado que despertó la alarma en nuestro municipio como en los municipios vecinos. Se tomó el control de la situación y se concurrió a avisar a las autoridades de Salud Pública, se hizo el trampeo del flebótomo y la fumigación correspondiente”, detalló Barchuk en diálogo con este matutino.
En ese contexto, el pasado viernes se reiteraron los trabajos en la localidad de control y monitoreo del insecto transmisor de la enfermedad, en una tarea en conjunto entre el municipio y Salud Pública.
Se colocaron 18 trampas tipo CDC para capturar el vector transmisor de la enfermedad y localizar posibles reservorios.
Diagnóstico temprano
Son tres las formas principales de leishmaniasis: la visceral, que es la más grave; la cutánea, la más común; y la mucocutánea.
En lo que respecta a la primera, desde 2006 -cuando se detectó el primer caso autóctono en la provincia- hasta la actualidad, la médica Arce trató a 47 niños con ese diagnóstico en el Hospital de Pediatría de Posadas.
“A partir de ahí la enfermedad prácticamente se quedó con una transmisión continua, moderada se le llama, porque tenemos entre dos y tres pacientes niños por año diagnosticados”, sostuvo.
Arce, que es una de las médicas más especializadas respecto a esta enfermedad en la provincia, hizo hincapié en la importancia del diagnóstico temprano, de tratamiento oportuno “y los controles por lo menos los primeros seis meses porque esta enfermedad puede hacer una recurrencia, es decir, que puede volver; y seguir el control hasta el año para darlo de alta”, explicó.
Sobre los tres niños que trató este año indicó que tuvieron mucha fiebre durante 30 días.
“Ese cuadro va acompañado de pérdida de peso y un aumento del volumen del abdomen, que se debe al aumento del hígado y del bazo, también hay edemas porque van bajando las proteínas. Cuando pasa el tiempo el paciente puede tener fallas hepáticas que se debe a una ictericia porque esta enfermedad ataca todo los sistemas del organismo”, alertó.
En ese sentido, sostuvo que es necesario prestar atención a los niños que tienen fiebre durante dos semanas porque es señal de que pudo haber contraído el parásito.
“Representa todo un desafío porque suelen ser personas muy humildes, de bajos recursos, es una de las enfermedades de la pobreza y estamos atrás de eso porque hemos tenido dos niños fallecidos desde la aparición de la enfermedad”, lamentó.
Para cerrar, contó: “Antes esto ocurría en la selva, el flebótomo estaba ahí y el reservorio eran los marsupiales, ratones, pero en nuestra costumbre de invadir la ecología, la deforestación hemos traído la enfermedad, sobre todo al vector, a la zona urbana y eligió como reservorio al perro”.
Posadas: definen tareas con el control de perros
El flebótomo se diferencia del Aedes aegypti -transmisor del dengue y otras enfermedades- en que es muy difícil conocer su índice larvario, puesto que vive en zonas húmedas, en frutos en descomposición y en la materia fecal de las gallinas
El perro es la primera víctima del insecto, por lo que su cuidado y control es sumamente importante para saber si la enfermedad está presente. En ese sentido, el Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa) y la Dirección de Epidemiología del Municipio delinean las tareas para hacerle frente al vector y a la enfermedad en la ciudad Capital.
En el Imusa se hacen pruebas gratuitas y según sostuvo su director, Gustavo Elizaincín, de las cinco o seis que se hacen a diario sólo una resulta positiva.
“Les mando todos los días planillas de Excel con los datos de los casos positivos con información del propietario del animal, dirección y teléfono. Estamos armando un mapa para tener los puntos rojos donde más actividad del flebótomo hay y desde la dirección de epidemiología se hará el trampeo en esas viviendas”, dijo Elizaincín a este medio.
Por su parte, Ingrid Steinhorst, entomóloga del Instituto Municipal de Vectores, señaló que esta semana terminarán de cerrar la búsqueda de los domicilios con perros positivos para hablar con los vecinos e instalar las trampas y luego seguir con el control focal y ambiental también en los alrededores.
“Años atrás teníamos más perros y positivos para leishmaniasis deambulando por las calles y con el trabajo en conjunto con el Imusa se logró reducir en un porcentaje muy alto”, consideró Ingrid.
Y agregó: “Ahora no encontramos tantos perros en la calle y tampoco con leishmaniasis. El tema del cuidado responsable de las mascotas y el trabajo del Imusa en los barrios juega a favor, como la castración y la vacunación”.
“Afortunadamente estamos manejando cifras importantes de negativos. Todos los miércoles tareas de concientización en los barrios sobre tenencia responsable y maltrato animal donde hay un punto importante sobre esta enfermedad”, finalizó Elizaincín.
FUENTE: elterritorio.com.ar