El impacto de la pandemia por coronavirus podría provocar en el largo plazo “entre 123 mil y 293 mil nuevas infecciones por VIH adicionales y entre 69 mil y 148 mil muertes adicionales relacionadas entre 2020 y 2022”, señaló hoy Onusida en su informe anual de cara al Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se conmemora el 1 de diciembre.
“El Día Mundial del SIDA de este año se siente muy diferente. La Covid-19 ha magnificado y agravado las profundas desigualdades que atraviesan nuestras sociedades y mostró cuán intrincadamente vinculadas están la salud mundial y la economía mundial”, señaló Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Onusida en el comienzo del informe.
Byanyima describió que “la pandemia está teniendo efectos de gran alcance en los sistemas de salud y otros servicios públicos; en muchos países, los servicios de VIH se han interrumpido, y las cadenas de suministro de productos básicos clave se han demorado; en todo el mundo, se diagnostica el VIH a menos personas y menos personas que viven con el VIH están comenzando el tratamiento”.
Según los análisis de proyección de modelos del organismo, tres meses de esta “disrupción” causada por la pandemia causarían 123 mil nuevas infecciones adicionales y 69 mil muertes adicionales; seis de disrupción impactarían con 142 mil nuevas infecciones adicionales y 79 mil muertes adicionales mientras que dos años causarían 293 mil nuevas infecciones adicionales y 148 mil muertes adicionales.
“El fracaso colectivo para invertir lo suficiente en respuestas al VIH integrales, basadas en los derechos y centradas en las personas, ha tenido un precio terrible”, declaró la directora organismo.
Y enfatizó que “si los sistemas de salud y las redes de seguridad social hubieran sido más fuertes, el mundo hubiera estado en una mejor posición para frenar la propagación de Covid-19 y resistir su impacto”.
En el informe, el organismo destacó cómo la experiencia en la lucha contra el VIH sirvió para afrontar la nueva pandemia y celebró la existencia de vacunas candidatas contra el coronavirus pero, alertó, “debemos asegurarnos de que no sean un privilegio de los ricos”.
“Onusida y sus socios están pidiendo a las compañías farmacéuticas que compartan abiertamente su tecnología y conocimientos y que renueven sus derechos de propiedad intelectual para que el mundo pueda producir vacunas exitosas a la enorme escala y velocidad necesarias para proteger a todos”, señalaron en la gacetilla.
En este contexto, el organismo anunció que “para volver a encarrilar la respuesta mundial al VIH y para aprovechar los avances logrados hasta ahora, Onusida propone un nuevo conjunto de objetivos para 2025 que si se logran permitirán alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3.3 de poner fin a la pandemia de sida para 2030”.
“Estos objetivos son holísticos, se enfocan en una alta cobertura de VIH y de servicios de salud sexual y reproductiva junto a la eliminación de malas leyes y políticas y reducción estigma y discriminación”, describió el documento.
Los objetivos abordan las desigualdades en las que el VIH, Covid-19 y otras pandemias prosperan y ponen a la gente en el centro, especialmente las personas con mayor riesgo y vulnerabilidad frente al VIH: mujeres jóvenes y niñas, adolescentes, trabajadoras sexuales, personas transgénero, personas que se inyectan drogas y hombres homosexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres
Concretamente, los objetivos plantean que para 2025 menos del 10% de los países tengan leyes y políticas punitivas, menos del 10% de las personas que viven con el VIH sufran estigma y discriminación y menos del 10% experimente desigualdad de género y violencia.
“Poner fin al sida significa cerrar las brechas y garantizar que nadie se quede atrás. La respuesta al VIH es fundamentalmente sobre la desigualdad: para acabar con el sida, debemos acabar con la desigualdad”, afirmó Byanyima.
Según los últimos números de Onusida, al cierre de 2019 unas 38 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo, de los cuales 1,8 millones eran menores de 14 años y el 81 por ciento conocían que tenían el virus.
Al cierre de junio de 2020, el organismo estimó que 26 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral, en tanto que en 2019 el 67% de todas las personas que vivían con el VIH tuvieron acceso al tratamiento; el porcentaje asciende a 85% entre las mujeres embarazadas lo que les permitiría evitar la transmisión del VIH a sus hijos.
En referencia a las nuevas infecciones, desde el pico alcanzado en 1998, los nuevos casos se han reducido en un 40%: en 2019 se produjeron 1,7 millones de nuevas infecciones por el VIH, mientras que en 1998 los nuevos casos llegaron a 2,8 millones.
Los fallecimiento por enfermedades relacionadas con el sida también experimentaron un descenso: desde el pico alcanzado en 2004 (1,7 millones de personas) las muertes se redujeron en un 60% llegando el año pasado a alrededor de 690 mil personas fallecidas; la mortalidad por el sida ha disminuido un 39% desde 2010.
Los datos enfatizan en la realidad de las mujeres: “Más de un tercio (35 %) de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual dentro de la pareja o violencia sexual fuera de la pareja en algún momento de su vida; en algunas regiones, la probabilidad de contraer la infección por el VIH es 1,5 veces mayor en el caso de mujeres que han sufrido violencia física o sexual que en las que no”.
Finalmente, el organismo informa que según los datos promedios a nivel mundial “el riesgo de contraer el VIH es 26 veces mayor entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, 29 veces mayor entre las personas que se inyectan drogas, 30 veces mayor para los/las trabajadores/as sexuales, y 13 veces mayor para las personas transgénero”.