La jefa de la División Odontología del Siprosa, doctora Susana Blunda, explica cada una de las etapas dentarias en niños y adolescentes, y las precauciones a la hora de cuidarlos.
“Los dientes son muy importantes en la vida de cualquier persona y por eso es que debemos preocuparnos en mantenerlos sanos. Tenemos en nuestra vida dos tipos de dentición: la temporal (dientes de leche) y la permanente. Cada una tiene diferencia en la cronología de la erupción”, expone la profesional.
Los dientes de leche son aquellos que empiezan a erupcionar cuando uno es bebé y cumplen una función muy importante: comer y masticar, guardan espacio para los dientes definitivos, para la articulación, el desarrollo de los músculos maxilares, estimula la formación de las raíces de los dientes definitivos.
Por eso, subraya, la importancia de mantenerlos saludables porque cuando estos dientes se enferman y hay que terminar haciendo la extracción de los mismos, ese espacio que tenía que conservar no lo hace y el diente definitivo que tiene erupcionar en ese lugar no tiene lugar para salir.
“Desde chiquitos es fundamental que se haga limpieza de los dientes, la mamá tiene que limpiar los dientes con una gasita al principio y después con un cepillito para niños, tratar de limpiarlo dos veces por día y simplemente usando agua, sin necesidad de pasta dentaria”, advierte Blunda.
Los dientes de leche empiezan a salir a partir de los seis u ocho meses y finalizan su erupción entre los 30 y 36 meses, aproximadamente a los tres años de edad.
A partir de los seis años aparecen los dientes definitivos. El primero en salir es el primer molar inferior; allí el niño tiene la dentición mixta, la cual se extiende hasta los 15 o 16 años sin tener en cuenta la erupción del tercer molar.
“Los papás deben conocer la cronología de la erupción de las piezas dentarias, entre el 4to y 5to mes van a erupcionar los dientes superiores de leche pero si no aparecen, hay que consultar al odontólogo. La erupción a veces genera cosquilleo en las encías, se tornan coloradas y puede producirse un halo transparente en el borde del diente hasta que erupciona. En esos días, el bebé se pone molesto y por eso la necesidad que tiene del famoso mordillo, aparentemente eso disminuye la sensación del dolor. No se recomienda poner nada, antes se colocaba alguna anestesia local, pero muchos odontopediatras y muchos odontólogos no lo sugerimos porque el bebé traga y se anestesia la garganta, y esa sensación es desagradable. Es preferible poner un cubito de hielo en la zona donde molesta o un ibuprofeno o remedio recetado por el pediatra, pero localmente hay que tratar de no darle nada”, recomienda la odontóloga.
Por otra parte, cuenta que a veces los padres piensan que al tener diente de leche hay que sacarlo, pero no es así. Los dientes de leche si se extraen antes de tiempo pierden su funcionar de mantener los espacios para los definitivos, y después la persona necesita tratamientos de ortopedia.
Sin embargo, ante la situación de una caída o golpe fuerte del pequeño que lleva a la pérdida accidental de la pieza, se pueden utilizar unos aparatos de ortopedia que mantienen los espacios abiertos.
Finalmente, recuerda la especialista la importancia de visitar al odontopediatra apenas aparecen los dientes y tratar de llevar al paciente cada seis meses para la enseñanza de la prevención, la aplicación de cepillado bucal y el uso del flúor de manera tópica y sistémica. “Los padres deben estar atentos a los dientes que no salen, hay que consultar. Porque puede pasar que no se forme ese diente o tenga un diente demás que retiene la salida del definitivo. Y obviamente una dieta saludable con baja cantidad de azúcares, eso implica poca gaseosa, poco caramelos, evitar la frecuencia continua de estos productos”, cierra.
FUENTE: msptucuman.gov.ar