La Organización Panamericana de la Salud (OPS) urgió a los países de las Américas a actualizar las funciones esenciales de salud pública (FESP) que todo sistema de salud debería cumplir como un medio para brindar servicios y acciones de calidad, enfrentar epidemias y avanzar hacia la salud universal.
“Esta pandemia (por COVID-19) nos ha demostrado claramente que se necesitan sistemas de salud más sólidos que promuevan y protejan la salud”, afirmó la directora de la OPS, Carissa F. Etienne, quien llamó a los países “a que inviertan en las funciones esenciales de salud pública, y en todos los sectores, ya que las inversiones han sido insuficientes para responder a los desafíos actuales”.
En las Américas, casi el 30% de la población (o 279 millones de personas) no busca atención cuando la necesita por una serie de barreras que dificultan su acceso a los servicios y a una atención de calidad, razón por la que mueren 1,7 millones de personas en la región cada año.
Etienne advirtió sobre la reaparición de enfermedades transmisibles como el sarampión y la tuberculosis, y el aumento de la prevalencia de enfermedades de transmisión sexual y la resistencia antimicrobiana. También acerca de la aparición de nuevas amenazas, como la COVID-19, el Ébola, el virus del Nilo Occidental y el Zika. El envejecimiento y las nuevas condiciones epidemiológicas y socioeconómicas han dado lugar a un aumento de las enfermedades no transmisibles, las enfermedades mentales, las discapacidades, las lesiones en el tráfico y la violencia.
“Estos son ahora los principales problemas de salud -exacerbados por la pobreza, las desigualdades y la pandemia de COVID-19- que requieren un enfoque intersectorial y el fortalecimiento de los sistemas de protección social y de salud en toda nuestra Región”, sostuvo.
Once funciones renovadas
Las once funciones esenciales que los sistemas de salud deberían observar se basan en evaluar el estado de salud de la población y los factores de la mala salud, desarrollar políticas para fortalecer los sistemas de salud y abordar los determinantes, asignar los recursos necesarios, y garantizar el acceso a todas las intervenciones y servicios de salud pública.
Como novedad, las funciones esenciales se enmarcan como capacidades institucionales que los países deberían fortalecer para una apropiada formulación de acciones de salud pública. Asimismo, se asume un rol de participación de la sociedad civil y actores claves como parte del proceso de desarrollo de políticas, y no se los limita a ser facilitadores de la prestación de servicios. También, asumen más relevancia las intervenciones intersectoriales que abordan los determinantes sociales de la salud.
“La renovación de las FESP busca ayudar a superar la fragilidad de los sistemas de salud para responder a las necesidades de la población”, indicó directora de la OPS y alentó a las autoridades a priorizar la salud pública y aumentar su financiamiento.
FUENTE: Organización Panamericana de la Salud