Se produjeron más de un millón de los test que miden anticuerpos contra el coronavirus

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Por Natalia Concina/Télam

Medir los anticuerpos para monitorear la evolución de la pandemia, evaluar la respuesta inmune de las personas vacunadas, seleccionar plasma o hacer vigilancia en residencias geriátricas son algunas de las utilidades de los test serológicos nacionales Covidar, desarrollados por científicas y científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y del Conicet, que antes de fin de año ya habían superado la producción de un millón de determinaciones.

“Estos kits se usan para determinar la presencia de anticuerpos específicos contra el coronavirus y permiten definir si una persona está o estuvo infectada”, recordó Andrea Gamarnik, líder del proyecto Covidar, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL e investigadora superior del Conicet.

Y continuó: “La producción a gran escala de los kits se logró gracias al enorme trabajo y aporte del Laboratorio Lemos que mantuvo el nivel de producción sin fines de lucro, lo que permitió (cubriendo los costos) realizar donaciones a todo el país”.

Los test, cuyas primeras 800.000 determinaciones ya fueron entregadas, fueron desarrollados en el marco de la ‘Unidad Covid-19’, impulsada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y Conicet y cuentan desde mayo con la aprobación de la Anmat.

Sobre si el Covidar sirve frente a las nuevas variantes del virus que se presentaron, Gamarnik explicó a Télam que “los anticuerpos que el organismo produce en respuesta a la infección son contra muchas partes de la proteína del virus que se llama spike y las variantes solo cambian una región muy acotada de esta proteína; el test Covidar mide anticuerpos contra toda la proteína spike por lo que sirve sin ningún problema”.

Los kits -que miden anticuerpos IgG e IgM- se están empleando con múltiples aplicaciones en todo el país: para evaluar la evolución de la pandemia, el control de la transmisión en barrios, el cuidado del personal de la salud, la vigilancia en personal de geriátricos y residencias, la selección de plasmas de donantes y para diversos estudios clínicos con el fin de entender cómo es la respuesta inmune en personas infectadas con el nuevo coronavirus, describió la agencia CyTA.

El 25% de los 800.000 kits distribuidos hasta ahora se destinó a la ciudad de Buenos Aires, un 40% a la Provincia de Buenos Aires, 10% a la Provincia de Córdoba, un 5% a la Provincia de Santa Fe, 4% a Jujuy, 4% a Río Negro y el resto a otras provincias.

“Una particularidad de nuestros kits es que permite detectar la respuesta de las personas vacunadas, no todos los test serológicos lo hacen”, señaló Gamarnik.

En este momento de la pandemia esta función es clave porque, si bien no es lo mismo que medir eficacia en ensayo clínico (donde se evalúan las personas que se infectan vacunadas en comparación con las de placebo), esta medición a lo largo del tiempo puede ser un buen indicador de cuánto va durar el efecto de la inmunización.

Pero además del desarrollo de los test, en el contexto de la emergencia sanitaria, en septiembre la FIL puso en marcha un nuevo laboratorio con el fin de poder realizar estudios de vigilancia activa en geriátricos y otras instituciones cerradas por medio de los ensayos serológicos, para los que firmó un acuerdo con PAMI.

Desde entonces este laboratorio ha procesado de manera gratuita más de 17.000 muestras e identificó a tiempo focos de casos asintomáticos en diversos geriátricos, contribuyendo al cuidado de los sectores más sensibles.

“El desarrollo de los kits serológicos fue una experiencia inédita que trazó una nueva forma de trabajo colaborativo. Nos permitió establecer un nexo entre los laboratorios de investigación del Conicet, profesionales de la salud en cientos de hospitales del país, autoridades de salud, entes regulatorios y procesos productivos, hasta llegar a la utilización de los kits en la población”, sostuvo Gamarnik.

“El éxito de este proyecto debe servir de aprendizaje para extrapolarlo a otras problemáticas de enfermedades infecciosas locales”, aseguró.

El grupo Covidar también está formado por Marcelo Yanovsky y Julio Caramelo, jefes de laboratorio de la FIL; doctorandos y jóvenes doctores que como María Mora González López Ledesma, Horacio Martín Pallarés, Diego Ojeda, Guadalupe Costa Navarro y Lautaro Sánchez; Jorge Carradori, del Laboratorio Lemos, y Diego Álvarez, del Conicet y del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la Unsam.

El laboratorio de vigilancia serológica de la FIL está coordinado por Andrés Rossi con la colaboración de Anabel Álvarez Juliá, y también lo integran Natalí Rasetto, Corina García, Shirley Wenker, Lila Ramis, Magalí Bialer, María José de Leone, Esteban Hernando, Santiago Sosa, Luciana Bianchimano, Maximiliano Katz y María Soledad Treffinger.

El proyecto Covidar también recibió el apoyo del Fondo para la Convergencia del Mercosur (Focem), la Fundación Williams y la Asociación Civil SAND.

“Queda mucho trabajo por delante. La circulación del nuevo coronavirus está en pleno aumento en nuestro país y, si bien se comenzó el plan de vacunación, debemos doblar los esfuerzos para evitar los contagios. Seguir rastreando, testeando y aislando en este momento sigue siendo imperativo”, concluyó Gamarnik.

FUENTE: elciudadanoweb.com

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