La Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a detectar a tiempo los defectos congénitos y proporcionar apoyo y atención continua a los recién nacidos y a sus familias para que desarrollen todo su potencial.
En América Latina y el Caribe aproximadamente 1 de cada 5 defunciones durante los primeros 28 días de vida – casi 20.000- se debe a defectos congénitos, anomalías que pueden ser estructurales o funcionales, y que ocurren durante la gestación. Los más comunes y graves son los defectos cardíacos congénitos, los defectos del tubo neural y anomalías cromosómicas como el síndrome de Down.
“Los defectos congénitos son hoy una de las principales causas de muerte de los recién nacidos en la región, sin embargo, en su mayoría se pueden evitar”, sostuvo Pablo Durán, asesor regional en salud perinatal del Centro Latinoamericano de Perinatología y Salud de la Mujer (CLAP) de la OPS. “Para no dejar a ningún niño atrás, es fundamental contar con información oportuna y de calidad sobre estas anomalías en todos los países”, consideró.
En 2016, el Síndrome Congénito de Zika se sumó a la lista de defectos congénitos. La emergencia por el virus del Zika y el impacto que tuvo en las Américas con su asociación a la microcefalia y otros defectos congénitos contribuyó a resaltar la necesidad de contar con información que permita intervenir de forma oportuna.
Presente y futuro de la vigilancia de defectos congénitos en las Américas, una reciente publicación de la OPS y el Banco Mundial, con financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), indica que es deseable y fundamental que los países cuenten con un sistema de vigilancia de defectos congénitos.
En América Latina y el Caribe, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela cuentan con un sistema de vigilancia de defectos congénitos.
La OPS trabaja desde hace años para concientizar sobre el problema y para implementar acciones de vigilancia en los sectores de salud y de gobierno. Sin embargo, todavía hay un largo camino por recorrer.
El CLAP de la OPS está colaborando con las acciones para la construcción de un registro regional de defectos congénitos a partir de los reportes de los sistemas de vigilancia de los países.
“Evitar que los niños mueran y ayudarles a que prosperen es nuestra prioridad. Los defectos congénitos representan una importante proporción de las defunciones neonatales en la región y debemos hacer más esfuerzos para prevenirlos”, afirmó Durán, del CLAP/OPS.
FUENTE: Organización Panamericana de la Salud