Santa Fe Vacuna y ya tiene resultados alentadores: “La efectividad de las vacunas para prevenir muertes sería mayor al 90% para menores de 65 años y se mantendría por encima del 80% en las franjas entre los 65 y 79 años”, concluye un estudio realizado por el colectivo Ciencia Rosarina contra el Coronavirus, que conformaron en febrero pasado docentes e investigadores de diferentes disciplinas de la Universidad Nacional de Rosario y el Conicet. El trabajo, que toma los meses de abril y mayo, analizó la letalidad y también la tasa de transmisión del coronavirus, y comprobó la disminución de muertes y de contagios de quienes fueron vacunados respecto de quienes no recibieron ninguna dosis. Así, aunque uno de sus autores remarcó a El Ciudadano que se trata de una “foto” de un momento determinado, el análisis y sus conclusiones aparecen como una luz al final de la pesadilla, ya que entre los integrantes del equipo están quienes aconsejaron, antes de que se desatara la segunda ola, apelar a confinamientos estrictos, aunque de forma esporádica, para atender a la presión social y a la par mantener la curva bajo control. La efectividad está a la vista y ya tradujo en números concretos el reciente período de mayores restricciones: queda así expuesta la eficacia de la doble vacuna, que es tanto la que se inyecta como el cuidado social, comportamiento expresado en la síntesis: “La vacuna somos todos”.
El equipo estudió y comparó, en el período de abril y mayo, los casos positivos de covid-19 en personas que recibieron al menos una dosis, con aquellas que no recibieron ninguna. El primer factor evaluado fue la letalidad, que es el número de fallecidos sobre el número de contagiados en el período bajo análisis. Así, se tomaron todas las personas diagnosticadas con coronavirus en los dos meses, y se discriminó por personas vacunadas o no vacunadas.
En esa línea relevó que la letalidad se redujo drásticamente entre quienes habían sido vacunados. En ello, el informe no discriminó por tipo de vacuna (Sputnik V, AstraZeneca, Sinopharm) y tampoco tuvo en cuenta si las personas vacunadas habían recibido las dos dosis o sólo la primera. Es decir, se tomó un universo más amplio, lo que podía arrojar resultados menos optimistas. Sin embargo, éstos no llegaron. “Los resultados son acordes a lo esperable para los rangos etarios analizados y confirman que las vacunas están siendo efectivas en el contexto específico de la provincia de Santa Fe”, concluyeron los investigadores.
La letalidad y la contagiosidad son dos de los indicadores claves de la pandemia. De hecho hay enfermedades mucho peores que el coronavirus, como por ejemplo el Mers (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio), también conocido como “fiebre del camello”. Pero es mucho menos contagioso que el coronavirus, y además su dispersión está localizada geográficamente.
Al analizar los datos el equipo tomó utilizó un mecanismo simple: analizó, para dar un ejemplo, los contagios de 100 personas que habían sido vacunadas y 100 personas que no. Y determinó los casos fatales en el primer grupo y en el segundo. Claro está, lo hizo con las cifras totales. “La letalidad nos dice cuál es el porcentaje de personas que muere ante el contagio, dependiendo de la edad y si se está vacunado o no. Y lo que vimos es que ante el contagio, el porcentaje de personas que falleció, disminuyó entre 2 y 5 veces con la vacuna”, explicó el matemático Ernesto Kofman, uno de los participantes del estudio.
En un caso concreto, la franja etaria de 45-49 años, el estudio determinó que entre quienes no habían sido vacunados (8.672 casos) la tasa de letalidad fue del 0,7%, lo que indica aproximadamente que de cada 300 personas fallecieron 2. Pero entre la población de esa franja vacunada (779 casos), la letalidad fue de sólo el 0,1%: por cada 1.000 personas hay un caso fatal. Es decir, una letalidad 5,5 veces menor.
En la franja de los 60-64 años (4.155 casos), el 3,97% de los no vacunados que se contagió falleció, es decir cuatro de cada cien personas. Pero entre quienes habían recibido dosis (289 casos) el porcentaje cayó a una de de cada cien. En números exactos los casos fatales representaron el 1,04%, con una reducción de 3,8 veces.
En el rango etario de 65 a 69 años, el 5,1% de los no vacunados que se contagiaron (2.210 casos) falleció, mientras que la letalidad bajó al 2,1% de la población contagiada que había recibido la vacuna (656 casos). Y en lo más alto de la pirámide etaria (personas de más 90 años), la letalidad en los no vacunados fue muy elevada (21,6%); pero descendió a un 12,1% en los adultos mayores que habían recibido dosis.
En cuanto a la curva de contagios, el informe tomó sólo abril. El comportamiento tuvo otras cifras, pero la perspectiva global resultó similar. “Entre las personas vacunadas hubo menos porcentaje de contagios. En proporción hay menos contagios detectados en la población vacunada que en la no vacunada”, remarcó Kofman.
El informe apunta que en la franja de 60 a 64 años de personas que no fueron vacunadas –el cuidado es por comportamiento social– se infectó el 1,46%. Pero entre las personas de la misma franja de edad que recibieron al menos una dosis la tasa de contagios cayó al 0,42%. “Esto indica una reducción de más de tres veces de la tasa de contagios al estar vacunado”, marcó Kofman. Y en la franja de adultos mayores de 75 a 79 años se evidenció una reducción menor, pero de igual modo fue de más de la mitad, un 53,7%.
Hay equipo
El trabajo fue realizado por el colectivo Ciencia Rosarina contra el Coronavirus, que reúne a científicas, científicos y docentes de ciencias médicas, ciencias biológicas, ciencias sociales y ciencias exactas. No es el primer trabajo que hacen: emitieron informes que, entre otros, analizan la transmisión del coronavirus por aerosoles, los protocolos que se están utilizando en la prevención, como la ventilación de ambientes, el levantamiento de restricciones.
Para el último tuvieron la colaboración del médico Miguel Pedrola, especialista en medicina interna, infectología, salud pública y epidemiologia, y de los ingenieros Tomás Baima y Florencia Bagilet.
Los científicos, científicas y docentes que integran el grupo son Paula Abufager, Andrés Alloatti, Julieta Barchiesi, Mariana Bergonzi, Florencia Blázquez, Lucas de Candia, Daniela Cattáneo, Ana Laura Cavatorta, Analía Chumpitaz, Pamela Cribb, María Marta Ibañez, Milena Marro, Lucía Papa, Natalia Santucci, Pablo Tomatis, Silvina Villar, y Kofman.
El informe más reciente es el que les permitió hacer el avance y la aceleración de la campaña de vacunación a nivel nacional, con la lógica réplica en la ciudad de Rosario y la provincia de Santa Fe. Y el cotejo con números concretos, esperando el tiempo de efecto de las dosis es relevante: “Esto muestra que la vacunación está funcionando”, marcó Kofman a este diario.
Y explicó: “Entre la inmunidad que se va adquiriendo (primero y principalmente por la vacunación) y también por la gente que ya se contagió, el virus va perdiendo espacio. Eso es lo que está pasando”.
Empero, a la par advirtió que si bien las señales abren las puertas al optimismo, por ahora es sólo una rendija. “Estamos en un número de casos altísimo, todavía. Pero la tendencia es a la baja, leve todavía, y se explica por todos estos factores. En ese sentido es esperanzador, pero todavía nos falta mucho como para pensar en aperturas, liberaciones y demás”.
La respuesta concluyó Kofman, es “un tercer factor que está faltando” y es a nivel poblacional: “Todo esto debería redundar en que bajen los casos, y eso es lo más importante. Porque si hay diez veces menos casos, hay diez veces menos probabilidades de contagiarse”, explicó.