El Ministerio de Salud de la Nación presentó ante referentes provinciales el Plan Nacional para la Reperfusión del Infarto Agudo de Miocardio que tiene por objetivo disminuir la morbi-mortalidad asociada a este evento que, de acuerdo a los registros, solo 1 de cada 3 personas recibe el tratamiento fibrinolítico en el tiempo recomendado y menos de la mitad es tratado con angioplastia.
En el marco del encuentro virtual organizado por la Dirección Nacional de Abordaje Integral de Enfermedades No transmisibles se abordaron estrategias concretas para mejorar la calidad de atención del infarto agudo en el sector público del sistema de salud, tendientes a promover el desarrollo de redes formales para la atención en cada jurisdicción.
“El propósito de la jornada es trabajar de manera conjunta entre Nación y las provincias para acortar los tiempos de diagnóstico, incrementar la utilización de terapias de reperfusión en tiempo y forma, y mejorar los tratamientos de prevención secundaria para disminuir la ocurrencia de nuevos eventos y potenciales discapacidades como consecuencia del infarto, tales como la insuficiencia cardíaca o arritmias”, sostuvo la directora nacional de Abordaje Integral de las Enfermedades No transmisibles, María Graciela Abriata.
El tratamiento para disminuir la mortalidad consiste en la oportuna reperfusión de la arteria responsable del infarto. Existen dos formas de recuperar el flujo sanguíneo: a través de medicación fibrinolítica o mediante la angioplastia, que implica restablecer el flujo arterial mediante un catéter y colocación de stent. Ambos tratamientos son efectivos cuando se utilizan precozmente y la elección depende de la disponibilidad de los recursos en cada caso.
La coordinadora del Programa Nacional de Prevención de las Enfermedades Cardiovasculares, Natalia Vensentini, explicó que “en general usamos la expresión ‘tiempo es músculo’ que quiere decir que cuanto antes se restaure el flujo en la arteria, mayor será el salvataje de músculo cardíaco que redundará en menor mortalidad intrahospitalaria y a largo plazo. El tiempo a la reperfusión es clave, ya que el máximo beneficio se obtiene al restituir el flujo en la arteria responsable del evento dentro de las primeras 3 horas de iniciados los síntomas.”
Durante la reunión además se compartieron experiencias locales en la conformación de redes para la articulación de los tres niveles de atención. Asimismo, se enfatizó en la importancia de la oportunidad diagnóstica a través de sistemas de telemedicina para la correcta interpretación de los electrocardiogramas y la necesidad de capacitación en el manejo de tratamiento trombolítico.
De acuerdo a la “Encuesta Nacional de infarto agudo de miocardio con elevación del ST en la República Argentina” -publicada por la Sociedad Argentina de Cardiología- se determina que la incidencia de infartos es de aproximadamente 120 casos cada 100.000 habitantes, teniendo en cuenta los casos extrahospitalarios que no llegan a tomar contacto con el sistema de salud. Cerca del 8 % de los casos fallecen durante la internación. Sin embargo, se estima que el 90% de las muertes ocurren antes del contacto con el sistema de salud, lo que redunda en una mortalidad total cercana al 50%.
Por este motivo, todas las jurisdicciones reconocen la importancia del Registro Nacional de Infarto Agudo de Miocardio (RIAM) para conocer la verdadera incidencia de la enfermedad y de esta manera poder planificar, articular y coordinar la oferta de servicios en el primer, segundo y tercer nivel de atención que resulta imprescindible para disminuir el impacto individual y socioeconómico a través de mejorar los resultados a corto y largo plazo y en línea con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
FUENTE: Ministerio de Salud de la Nación