La Ciudad de Buenos Aires recibe a expertos neurocientíficos y profesionales de la salud de todo el mundo. Hasta el 6 de octubre, alberga una nueva edición de la Semana del Intervencionismo Mínimamente Invasivo (SIMI 2023), una cumbre anual con más de tres décadas de trayectoria.
Organizado por el Instituto Médico ENERI (Equipo de Neurocirugía Endovascular y Radiología Intervencionista), el SIMI cuenta con el respaldo de instituciones como la Asociación Argentina de Ataque Cerebral, la Asociación Argentina de Neurorradiología Intervencionista, Fundación para el Estudio de las Neurociencias y la Radiología Intervencionista (FENERI) y Clínica La Sagrada Familia. Sin duda, una alianza que garantiza la excelencia y el rigor científico del encuentro.
El simposio es una ventana hacia el futuro de la medicina, ya que, entre otras cosas, se presentarán avances en el tratamiento del ataque cerebrovascular, así como perspectivas innovadoras en el campo del neurointervencionismo. Además, se explorarán las últimos hallazgos en neurorradiología, tanto diagnóstica como terapéutica.
El neurocirujano Pedro Lylyk, fundador de ENERI y referente mundial en cirugía endovascular es presidente del Comité Organizador del SIMI y en diálogo con Infobae y dejó sus sensaciones sobre este simposio: “El SIMI es un congreso que hemos realizado anualmente durante 32 años. Refleja las innovaciones en el campo de la neurocirugía endovascular y la neurología intervencionista que han surgido a lo largo de estos años. Tenemos grandes expectativas, no solo para presentar nuevas innovaciones, sino también para consolidar aquellas que fueron presentadas en ediciones anteriores y que ahora forman parte de las guías tanto de Estados Unidos como de Europa”.
La neurorradiología y el neurointervencionismo, campos en constante evolución, serán temas candentes en el SIMI 2023
Y sumó: “En el campo del ataque cerebrovascular isquémico, creo que es fundamental avanzar no solo en la prevención y el diagnóstico, sino principalmente en el tratamiento. Muchos pacientes llegan demasiado tarde para recibir tratamiento, y al hacerlo, perdemos la ventana de oportunidad para tratarlos. Aunque hoy esa ventana se ha ampliado y ofrece más oportunidades, si los pacientes llegan tarde, pierden estas opciones. Por ello, la educación es esencial. Durante tres días, revisaremos todos los conceptos y todo lo que pueda ayudar a que el paciente sea diagnosticado y tratado a tiempo, así como a su rehabilitación. Considero que esta es una responsabilidad que tenemos, por lo que aún hay mucho por hacer en el tratamiento del ataque cerebrovascular”.