El hierro es un nutriente esencial para muchas funciones cotidianas de nuestro cuerpo y, aun así, más de una tercera parte de las mujeres adultas estadounidenses en edad reproductiva carecen de él.
El sangrado menstrual y el embarazo son los principales motores de esta deficiencia. Los síntomas suelen ser ambiguos y poco específicos, como fatiga, lagunas mentales, mareos, alteraciones del sueño y una menor capacidad para hacer ejercicio. Si no se trata, a largo plazo la deficiencia de hierro puede mermar los glóbulos sanguíneos sanos del cuerpo y causar anemia.
Durante el embarazo, la deficiencia de hierro y la anemia pueden tener efectos adversos en la madre y el feto. Si tienes periodos menstruales abundantes, llevas una dieta vegetariana o planeas quedar embarazada, considera pedirle a tu médico que te realice pruebas de niveles de ferritina, que mide cuánto hierro hay almacenado en tu cuerpo, explicó Malcolm Munro, profesor de Obstetricia y Ginecología en la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California, campus Los Ángeles.
En las revisiones anuales, la mayoría de los médicos solo hacen pruebas de niveles de hemoglobina, señaló Munro, pero ese es un indicador de anemia, no de deficiencia de hierro. Las pruebas de niveles de ferritina suelen incluirse en las coberturas de seguros médicos, añadió. “No es una prueba muy sofisticada”.