El personal de la OMS participó en una misión conjunta de las Naciones Unidas al hospital Al‑Shifa, en el norte de Gaza, para entregar suministros de salud y evaluar la situación en el centro. Entre los asociados de la misión se encontraban la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, el Departamento de Seguridad de las Naciones Unidas y el Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas. El equipo entregó medicamentos y suministros quirúrgicos, equipos de cirugía ortopédica y materiales y medicamentos de anestesia al hospital.
El hospital Al‑Shifa, que actualmente funciona al mínimo de su potencial, debe reanudar urgentemente al menos las operaciones básicas para seguir atendiendo a las miles de personas que necesitan atención médica vital.
El centro, que fue el hospital de referencia más importante y más grande de Gaza, cuenta ahora con solo unos pocos médicos y personal de enfermería, junto con 70 voluntarios, que trabajan en lo que el personal de la OMS ha descrito como «circunstancias increíblemente difíciles» y un «hospital que necesita reanimación». Los quirófanos y otros servicios importantes siguen sin funcionar por falta de combustible, oxígeno, personal médico especializado y suministros. El hospital solo puede proporcionar estabilización básica de pacientes con traumatismos, no tiene sangre para transfusiones y casi no hay personal para atender el flujo constante de pacientes. Se está proporcionando diálisis a unos 30 pacientes al día con máquinas en funcionamiento las 24 horas del día, los siete días de la semana, gracias a un pequeño generador.
El equipo describió el servicio de emergencias como un «baño de sangre», con cientos de pacientes heridos en su interior y nuevos pacientes llegando cada minuto. A los pacientes con traumatismos se les sutura las heridas en el suelo, y el hospital dispone de poco o ningún tratamiento del dolor. El personal de la OMS dijo que el servicio de urgencias estaba tan lleno que había que tener cuidado para no pisar a los pacientes en el suelo. Los pacientes críticos están siendo trasladados al Hospital Al-Ahli Arabi para someterse a intervenciones quirúrgicas.
Decenas de miles de personas desplazadas utilizan el edificio y los terrenos del hospital como refugio. Se necesita una respuesta humanitaria múltiple para proporcionarles alimentos, agua y refugio.
Muchos de ellos pidieron a nuestro equipo que contara al mundo lo que estaba sucediendo con la esperanza de que pudiese aliviarse pronto su sufrimiento. El hospital Al‑Shifa sigue sufriendo una grave escasez de alimentos y agua potable para el personal de salud, los pacientes y las personas desplazadas. Esto refleja la grave y creciente preocupación por la persistencia del hambre en la Franja de Gaza, las consecuencias de la malnutrición en la salud y la susceptibilidad de las personas a las enfermedades infecciosas.
La OMS se ha comprometido a reforzar el hospital Al‑Shifa en las próximas semanas para que pueda reanudar al menos las funciones básicas y seguir prestando los servicios vitales que se necesitan en este momento crítico. Si se proporcionan al hospital suministros de combustible, oxígeno, medicamentos, alimentos y agua de manera sistemática, podrán ponerse en servicio hasta 20 quirófanos, así como servicios de atención postoperatoria. También se necesita urgentemente más personal de servicios médicos, enfermería y apoyo especializado, incluidos equipos médicos de emergencia.
En la actualidad, el Hospital Al‑Ahli Arabi sigue siendo el único hospital parcialmente funcional en el norte de Gaza, junto con tres hospitales mínimamente funcionales (Al‑Shifa, Al‑Awda y Al‑Sahaba Medical Complex), en comparación con los 24 que había antes del conflicto. La OMS también está profundamente preocupada por la evolución de la situación en el hospital Kamal Adwan y está reuniendo información con urgencia.
A medida que continúan las hostilidades y aumentan las necesidades de salud en toda la Franja de Gaza, el hospital Al‑Shifa, una piedra angular del sistema de salud de Gaza, debe restablecerse urgentemente para poder servir a un pueblo asediado que está atrapado en un ciclo de muerte, destrucción, hambre y enfermedad.
FUENTE: Prensa OMS
