Se trataba de un tumor cardiaco poco frecuente conocido como teratoma pericárdico diagnosticado en la semana 24 de gestación (cinco meses y medio) y que se comportó de manera agresiva, comprimiendo el corazón y estructuras vecinas, por tanto, amenazando la vida de la bebé y también de la madre, según explican desde la Consellería de Sanidad.
Dada la complejidad de la situación, se realizó un seguimiento exhaustivo de la gestación por la comisión de malformaciones fetales por parte de un grupo multidisciplinar formado por especialistas en obstetricia, neonatología, genética, cirugía, cardiología, neurología y radiología pediátricas.
Este comité decidió inicialmente un manejo intrauterino con la realización por parte de obstetricia de técnicas para aliviar la compresión del tumor con el fin de que la bebé cumpliera semanas de gestación y evitar el nacimiento prematuro.
En la semana 28 de la gestación (seis meses y medio) dada la gravedad extrema, se decide extraer a la bebé mediante cesárea, con tan solo 900 gramos de peso.
La complicación del cordón umbilical
La complejidad del procedimiento venía dada por el hecho de que, por las características del tumor, la paciente podría fallecer inmediatamente tras cortar el cordón umbilical que la mantenía unida a la madre por lo que había que mantenerla unida a la placenta mientras se estabilizaba a la paciente y se iniciaba el acto quirúrgico, mediante la técnica EXIT (Ex Útero Intrapartum Treatment), según ha explicado la jefa de sección de Neonatología, Raquel Escrig.
Más de más de una treintena de profesionales, consistente en dos equipos quirúrgicos completos, uno para la madre y el segundo para la bebé, participaron en el estudio y ensayo de la cirugía mediante simulación clínica.
Tras la cesárea, la niña se mantuvo con vida gracias a la asistencia placentaria que le proporcionaba su madre, permitiendo su intubación previa al pinzamiento del cordón umbilical y su intervención quirúrgica inmediata para la extirpación del tumor que comprometía su vida.
Nueva intervención y quimioterapia
La paciente requirió una nueva intervención dos meses después para eliminar restos del tumor que había crecido nuevamente. Tras esta y dos ciclos de quimioterapia en oncología infantil, la bebé está libre de la enfermedad.
Según ha expresado el gerente del Hospital La Fe, José Luis Poveda, “la coordinación y la experiencia de los profesionales de nuestro hospital han sido la clave para el éxito de esta operación. Se trataba de un reto muy complejo que supone un hito fundamental en el tratamiento de los tumores cardiacos en bebés prematuros”.
FUENTE: EFE Salud (España)