La increíble historia del Hospital Británico y su escuela de enfermería que cambió la salud en el país

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Los hospitales de la distintas colectividades que llegaron a la Argentina fueron fundamentales para atender las necesidades de una sociedad que creció abruptamente con la masiva inmigración que llegó al país en el siglo XIX. En aquel tiempo, hace exactamente 180 años, los anglosajones llegados a estas latitudes crearon el Hospital Británico, orientado a atender la salud de esta comunidad que estaba en franco crecimiento.

Aunque lo hicieron en menor medida desde antes de la Revolución de Mayo, los británicos comenzaron a asentarse de forma masiva ya entrado el siglo XIX. Siguiendo sus costumbres, esta comunidad fundó rápidamente sus clubes, sus colegios y trajeron consigo la particular arquitectura que hoy puede verse en muchos barrios del país, como también sus iglesias y hospitales.

En ese entonces, respondiendo a estas necesidades, el reverendo Barton Lodge creó, junto a un grupo de residentes provenientes de las islas, el Hospital Británico. Allí, de la mano de una de las madres de la enfermería profesional, llegó la primera escuela de esta disciplina en el país, lo que ayudó a mejorar la asistencia en tiempos de las grandes epidemias como la de “gripe española” en las primeras décadas del siglo XX.

El origen de la enfermería en Argentina, aunque llegó por el Hospital Británico, tiene raíces en Italia, donde nació Florence Nightingale en 1820. Considerada la madre de la enfermería moderna a nivel mundial, Florence formó a las cuatro enfermeras que llegaron al país en 1889 para dar inicio a los estudios de la materia en el país.

En aquel tiempo, aún con asistencia solo para británicos, el hospital fue siguiendo el trajinar de su colectividad que creció en el sur de la Ciudad de Buenos Aires por la fuerte presencia ferroviaria y actualmente se encuentra en el barrio de Barracas. Además, a medida que fueron llegando los vientos de cambio, se abrió la asistencia a toda la población, sin distinción de ningún tipo. Esta entidad, sin percibir dinero de ningún nivel estatal, funciona como una asociación civil que dedica sus “ganancias” para la reinversión en la institución.

En funcionamiento desde 1890, la Escuela de Enfermería del Hospital Británico, mantiene un fuerte vínculo con sus orígenes a partir de símbolos propios de la profesión, a pesar de mantenerse en línea a los cambios de la sociedad. En su juramento, todos los egresados de esta escuela, desde su primer acto de graduación, repiten su compromiso mediante un juramento en el que se comprometen a atender las necesidades de sus pacientes sin discriminación ni atentando contra su condición.

La lámpara como símbolo de la enfermería

Es difícil imaginarse que una lumbre represente a algo como la enfermería, pero a modo de mantener sus símbolos tradicionales, la escuela del Hospital Británico le entrega una a cada egresado. Esto se debe a que Florence Nightingale utilizó una de estas para atender heridos durante la noche en la Guerra de Crimea, una de las más sangrientas de aquellos tiempos.

Egresadas de la escuela de enfermería con las características lámparas turcas que se entregan en cada graduación. Foto: Hospital Británico.

En aquel conflicto, la llegada de Nightingale y sus compañeras fue un cambio rotundo, ya que su pericia permitió bajar la mortalidad de los heridos del 40% al 2%. Al mismo tiempo, esta lámpara no solo recuerda la imagen de la madre de la enfermería, sino también simboliza el conocimiento que se necesita, no solo en lo técnico, para atender a los pacientes.

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