La Primera Clínica de Cirugía Cardiovascular del Centro Hospitalario Henry Dunant (Grecia) distinguió al médico rosarino Federico Benetti, quien así se convirtió en uno de los “Siete sabios de la humanidad” en cirugía cardiovascular. Se trata de un galardón que se otorgó por primera vez en la historia y destacó los aportes científicos que los hombres reconocidos hicieron en el mundo.
La ceremonia se realizó el pasado 28 de mayo en el Antiguo Parlamento Griego de Atenas, la Cuna de la Civilización. En la Edad Antigua, en Grecia se reconocía a los Siete Sabios, que eran filósofos, estadistas y legisladores, como Bías de Priene, Cleóbulo de Lindos, Periandro de Corinto, Pítaco de Mitilene, Quilón de Esparta, Solón y Tales. Así, el Centro Hospitalario Henry Dunant se inspiró en esa distinción para reconocer el aporte de siete estos especialistas en medicina cardiovascular en la década de 1990.
“Fue muy fuerte. Fue como remontarse a la época de los filósofos”, dijo el especialista a La Capital desde Valladolid (España), donde siguió viaje tras permanecer en Grecia.
Evidentemente la distinción significó mucho para el experto acostumbrado a innumerables homenajes: a lo largo y ancho de todo el mundo, salas, servicios y quirófanos tienen su nombre. “Inclusive soy uno de los 50 médicos del mundo que tiene un monumento en la Fundación Hipocrática en la isla de Cos”, destacó sobre el lugar donde nació Hipócrates, el llamado padre de la medicina.
Prestigio mundial
Benetti consiguió 27 patentes de invención (dos en técnica quirúrgica, lo que lo convierte en un caso único a nivel planetario) y realizó más de 500 presentaciones y publicaciones de su especialidad a lo largo de su carrera. Entre otras cosas, entrenó cirujanos en 45 países y fue profesor invitado de diversas universidades del mundo.
Por otro lado, logró reconocimientos como el R/D de la Academia de Ciencias y Artes de Chicago a los 100 inventos que modificaron la vida de los seres humanos.
Realizó la primera cirugía coronaria ambulatoria del mundo. La hizo en Rosario, en la Fundación Benetti, que él mismo fundó. El médico, de 76 años, operó a unos 6 mil pacientes a lo largo de su carrera.
De Pascanas a Rosario
Nació en Pascanas, Córdoba, el 29 de noviembre de 1947, pero al año estaba viviendo en Rosario, donde realizó sus estudios primarios y secundarios, y se recibió de médico en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Por la influencia de su padre, pionero de la cirugía cardiovascular en el país, quien en 1958 realizó la primera cirugía cardíaca con circulación extracorpórea en la Argentina, y se dedicó a la cirugía de corazón.
En 1978 llevó a cabo la primera cirugía de bypass coronario con el corazón latiendo (es considerado el padre de esa intervención) y luego desarrolló la tecnología para la técnica que ahora se utiliza en todo el mundo. Más tarde, en febrero de 1981, realizó el primer trasplante cardíaco del interior del país. Fue en Rosario. En 1984 se trasladó a Buenos Aires. Para 1991 había realizado, en 700 pacientes, cirugía coronaria sin circulación extracorpórea y estableció la Fundación Benetti con recursos propios.
En 1993 publicó el libro “Cirugía coronaria directa sin circulación extracorpórea”.
Poco después, en abril de 1994, en Buenos Aires, realizó con éxito por primera vez en un ser humano un bypass o puente coronario sin abrir la cavidad pleural.
Actualmente desarrolla investigación de células fetales por todo el mundo y realiza una extensa tarea de educación y atención de pacientes sin recursos en la sede de su fundación en Rosario. También permanece concentrado en la técnica Mini Opcab, que lleva adelante hace 27 años. “En definitiva, sigo ocupado en ver cómo cambia el manejo de la enfermedad coronaria”, subrayó a este diario.
Los otros expertos destacados fueron Gianni Angelini, quien en 1992 fue nombrado Catedrático de Cirugía Cardíaca de la Fundación Británica del Corazón en la Universidad de Bristol. También estuvieron Christopher Salerno, líder mundial en cirugía cardiaca y experto en la realización de complejas intervenciones quirúrgicas a pacientes que padecen una amplia gama de afecciones cardiacas en los Estados Unidos; e Hisayoshi Suma, de Japón, junto a otros médicos reconocidos provenientes de Estados Unidos, India e Italia.
Hace algunos años, en una exposición Ted, Benetti confesó: “Cuando era adolescente ya sabía que quería dedicarme a la medicina cardiovascular. A los 14 años, no quería ser médico, quería ser cirujano del corazón. Esto era una cosa un poco extraña, pero lo único que hacía era pensar permanentemente cómo trabajar sobre el corazón. Entonces, insistía todo el tiempo”.
Amante del esquí acuático en el Paraná, cuando puede permanecer en la ciudad sigue practicando ese deporte que le sirvió a su amigo, el médico John Baldwin del Methodist Hospital de Houston, Estados Unidos (algo así como la Meca en cirugía cardiovascular) para ayudarlo para negarse a radicarse allá. “Cuando vino a visitarme a Rosario para ver la cirugía sin bomba que hacía en la Fundación, lo llevé al río a hacer esquí, y eso le sirvió para insistir ante quienes querían que me fuera en que debía seguir haciendo esa actividad en Rosario”, contó nostálgico Benetti.