La certificación de la primera vacuna rusa contra la COVID-19, la elaborada por el Centro de Investigación Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaléi de Moscú (NITsEM en sus siglas en ruso), estaba previsto que tuviera lugar mañana miércoles, según afirmó la semana pasada el viceministro de Sanidad, Oleg Grídnev. Pero el presidente Vladímir Putin ha dispuesto que se adelante un día el trámite y acaba de anunciar triunfalmente que la vacuna rusa contra el coronavirus, la primera a nivel mundial, cuenta ya con licencia.
«Esta mañana ha sido registrada la primera vacuna contra la COVID-19 en el mundo», ha lanzado Putin en el curso de una reunión con miembros de su Gobierno. El jefe del Kremlin ha asegurado incluso que su hija se ha vacunado ya. No dijo cuál de las dos, pero todo indica que se trata de la más joven, de Ekaterina Tíjonova, que trabaja en un programa de innovación científica sobre inteligencia artificial en la Universidad Lomonósov de Moscú.
Sin embargo, empresas farmacéuticas e institutos de investigación del país habían instado a posponer el registro de la licencia del fármaco. La Asociación de Organizaciones de Investigación Clínica de Rusia envió la semana pasada una carta al Ministerio de Sanidad asegurando que los creadores de la vacuna no han completado las pruebas con la participación del número suficiente de personas.
En declaraciones a la radio Eco de Moscú, Polina Zviózdina, directora de la revista Pharmaceutical Bulletin, afirma que «la vacuna debería superar todas las etapas de los ensayos clínicos hacia finales de 2020, pero durante toda la semana pasada se ha discutido que se certificará ahora». Zviózdina estima que registrar la vacuna de forma apresurada «podría conducir a efectos secundarios peligrosos» para la salud de la población.
La respuesta por parte de las autoridades no se hizo esperar. La vicedirectora del órgano de control ruso, Rospotrebnadzor, Valentina Kósenko, declaró ayer que «las afirmaciones de las empresas farmacéuticas sobre la vacuna rusa contra la infección por coronavirus se basan en el desconocimiento de los resultados de la investigación». «Varios cientos de voluntarios fueron vacunados con este medicamento, no hubo reacciones adversas graves. Es obvio que la Asociación de Organizaciones de Investigación Clínica extrae conclusiones sin conocer los resultados», insistió Kósenko.
La funcionaria dijo que «varios miles de voluntarios participarán todavía en la tercera fase de investigación de la vacuna (…) en el marco de estudios más extensos». Citada por la agencia RIA-Nóvosti, Kósenko destacó que «Rusia tiene una rica historia de desarrollo y producción de vacunas». A su juicio, «la creada ahora contra la infección de COVID-19 también cumplirá los requisitos establecidos».
Científicos estadounidenses han puesto en duda que la vacuna rusa sea segura y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a Rusia «cautela» y proceder a
realizar todas las comprobaciones necesarias antes de inocular la vacuna. No obstante, el ministro de Sanidad ruso, Mijaíl Murashko, ya anunció que la campaña de vacunación comenzará en Rusia en octubre. El fármaco será administrado en primer lugar a sanitarios y personas mayores.
Se da la circunstancia de que, la semana pasada, el Ministerio de Sanidad ruso había respondido a las informaciones del canal estadounidense Bloomberg rechazando que sea cierto que se esté ofreciendo la vacuna a médicos y funcionarios y que no se haría mientras el fármaco no haya superado todas las verificaciones necesarias. Con anterioridad, Bloomberg afirmó que miembros del Kremlin, del Gobierno y de la élite rusa en general habían recibido la vacuna, aseveraciones que también fueron desmentidas por las autoridades rusas.
Rusia anotó desde ayer lunes 4.945 nuevos casos de coronavirus, 173 menos que el día anterior y la cifra más baja desde finales de abril. El total de contagios se eleva así a 897.599, que supone el cuarto puesto en la lista mundial, de los que 703.175 superaron la enfermedad. Se han contabilizado además 130 nuevas muertes, 60 más que el día anterior, y el total se sitúa en 15.131 fallecimientos. Sigue habiendo, por tanto, 179.293 casos activos.
FUENTE: elnortedecastilla.es