Socios internacionales se unen en Brasil para eliminar las epidemias de fiebre amarilla en todo el mundo

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Expertos, países miembros, fabricantes de vacunas y otros socios de todo el mundo se reúnen en Brasilia, Brasil, para ayudar a garantizar que más de 1.000 millones de personas estén protegidas de la fiebre amarilla para 2026. El evento es organizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en conjunto con el Secretariado para Eliminar las Epidemias de Fiebre Amarilla (EYE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y GAVI – la Alianza de las Vacunas.

La Reunión Anual de Socios de la estrategia EYE 2019, que comenzó el 28 de octubre y termina hoy, abordó los logros, desafíos y el camino a seguir. El subdirector general de la OMS para la Respuesta a Emergencias, Ibrahima Socé Fall, insistió en que persiste el riesgo de brotes y de propagación de la fiebre amarilla. “Hay mucho trabajo por hacer. Afortunadamente tenemos un plan. La implementación de campañas de vacunación masiva debe ser acelerada. Nuestros socios y todos los países en riesgo deben estar totalmente comprometidos para garantizar que eliminemos las epidemias de fiebre amarilla en todo el mundo para 2026”.

La fiebre amarilla no puede ser erradicada al haber un reservorio selvático del virus, pero las epidemias pueden eliminarse si los niveles de inmunidad de la población aumentan efectivamente mediante la vacunación masiva y se mantienen a través de la inmunización infantil de rutina. El acceso a gran escala a las vacunas contra la fiebre amarilla es fundamental para establecer y mantener altos niveles de inmunidad.

Socorro Gross, representante de la OPS y la OMS en Brasil, mencionó que la fiebre amarilla es un desafío importante y que todas las personas que viven o viajan a países endémicos deben ser vacunados. También dijo que las lecciones aprendidas en Brasil son importantes para compartir en todo el mundo. “Celebrar esta reunión aquí en Brasil tiene un significado muy especial, porque el país ha enfrentado con éxito brotes en los últimos cuatro años. Ya sea por sus estrategias para llegar a las poblaciones más vulnerables. Ya sea por acciones de laboratorio y vigilancia. Ya sea por sus estrategias de inmunización, incluido el uso de dosis fraccionadas”.

Este resultado, agregó el coordinador de Vigilancia de Arbovirus en el Ministerio de Salud de Brasil, Rodrigo Said, se debió al trabajo conjunto de los niveles federal, estatal y municipal. “Si no fuera por este esfuerzo colectivo, estoy seguro de que nuestro escenario habría sido mucho peor. Hoy, tenemos una mejor respuesta de laboratorio, servicios mejor organizados, mejor atención médica para los pacientes, modelos de vigilancia capaces de predecir e identificar epizootias (brotes en primates), así como una mayor capacidad para intensificar las acciones en las áreas donde circula el virus”.

Robin Nandy, Jefe de Inmunización de UNICEF, destacó la importancia de trabajar de manera más integrada para obtener resultados efectivos. “La tendencia global es alejarse de un enfoque de enfermedad puramente vertical hacia un enfoque de sistema más horizontal. No queremos estar en una situación en la que abordemos la fiebre amarilla en un área geográfica hoy y tengamos brotes de sarampión en las mismas áreas un año o dos más tarde, todo debido a las mismas brechas en nuestra capacidad para brindar servicios de inmunización”. Agregó que, en cambio, es clave garantizar que los programas verticales, que sirven para abordar los riesgos específicos de enfermedades, también puedan hacer contribuciones valiosas para fortalecer los sistemas de salud y, por lo tanto, mitigar el riesgo de todos los brotes de enfermedades prevenibles por vacunación a largo plazo.

Laurence Cibrelus, jefe de la Secretaría de la EYE, dijo que los siguientes pasos deberían incluir ahora un vínculo más fuerte entre los mecanismos mundiales y regionales; plataformas y herramientas mejoradas para la participación continua de los socios y contribuciones personalizadas, una planificación de contingencias y una participación más sólidas de los países/socios para lograr el máximo impacto a nivel nacional. “Tenemos los mecanismos y los medios para que la estrategia avance y logremos resultados notables, pero sigue habiendo desafíos. Necesitamos hacer esfuerzos conjuntos para responder a la urgencia de prevenir los brotes de fiebre amarilla”.

Durante la próxima década, se espera que los fabricantes de vacunas puedan satisfacer la demanda global de más de mil millones de dosis necesarias para eliminar el riesgo de epidemias de fiebre amarilla.

África y las Américas

La fiebre amarilla ha resurgido como una amenaza para la salud pública en África y las Américas. En 34 países de África y en 13 de América Central y Sudamérica, la enfermedad es endémica en todo el país o en algunas regiones. África concentra la inmensa mayoría de casos en el mundo: cada año se producen hasta 170.000 casos graves de fiebre amarilla, y 60.000 defunciones.

Durante 2018, cinco países y territorios de la región de las Américas notificaron casos confirmados de fiebre amarilla. Brasil fue el que registró el mayor número de casos y fallecimientos. Así, en el período de julio 2017 hasta junio 2018 notificó 1.376 casos humanos confirmados incluidas 483 defunciones, mientras que en el mismo período para 2018-2019, se notificaron 91 casos confirmados en el país.

Mamoudou Djingarey, director de área del programa para la gestión de riesgos infecciosos de la OMS en África, dijo que todavía hay muchas cuestiones en la aplicación de la estrategia multisocio a escala, incluido “el reconocimiento del aumento del riesgo epidémico de la fiebre amarilla como una amenaza para seguridad sanitaria y garantizar un suministro suficiente de vacunas para satisfacer las necesidades a nivel mundial”.

Por su parte, Sylvain Aldighieri, director adjunto de Emergencias Sanitarias en la OPS, el describió el escenario de las Américas y señaló algunas de las lecciones aprendidas. “La inmunización es la clave; la vigilancia de la epizootia permite anticipar casos en humanos con aproximadamente un mes de antelación; y es esencial garantizar un conocimiento actualizado para un mejor manejo clínico en la atención primaria de salud”, consideró. Aldighieri destacó además que no se han detectado ningún virus de la fiebre amarilla en los mosquitos Aedes aegypti, algo que de suceder podría indicar un riesgo más elevado de transmisión de la fiebre amarilla urbana en la región.

En América Latina, todos los países endémicos han introducido la vacuna en sus programas de inmunización de rutina para niños a nivel nacional, y han realizado campañas de vacunación para poblaciones residentes en las áreas de riesgo. Asimismo, mantienen la vacunación de viajeros internos e internacionales a áreas de riesgo.

Estrategia EYE

La estrategia EYE se desarrolló tras el brote de fiebre amarilla sin precedentes que azotó Angola en 2016 y más tarde se extendió a la vecina República Democrática del Congo (RDC). Fue la primera vez que se notificaron casos en Asia (11 trabajadores chinos infectados en Angola regresaron a China). La estrategia fue diseñada en colaboración con más de 50 socios para ser dirigida a los países y regiones más vulnerables a los brotes de fiebre amarilla y hacer frente al mayor riesgo de epidemias urbanas debido a la epidemiología cambiante causada por factores como la degradación del medio ambiente y el cambio climático.

FUENTE: OPS

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