La imputación por supuesta tenencia y venta de estupefacientes hacia Rosana Vier despertó ayer todo tipo de críticas.
La mujer de Puerto Rico produce desde hace cuatro años aceite de cannabis con fines terapéuticos para su hermano Juan Carlos que padece epilepsia refractaria. Con el tiempo, y al ver que decenas de personas se encontraban en su misma situación, empezó a elaborar el elixir para otras familias con distintas dolencias que no encontraban respuesta en los tratamientos tradicionales.
Pero denuncias anónimas terminaron con esa labor que realizaba y por la que pedía una colaboración de $500 pesos para solventar los gastos que les insumía producir el brebaje.
“Me denunciaron de forma anónima en la Policía Federal diciendo que estamos elaborando estupefacientes y nos incautaron todo el aceite”, había contado Vier a El Territorio.
“Nos secuestraron hasta el teléfono celular con el que nos comunicábamos con los pacientes”, explicó la mujer. “Dejamos desprotegidos a todos los pacientes, estoy muy preocupada por los chicos con epilepsia. Las mamás me llaman llorando y a mi hermano también se le está terminando el aceite”, reflejó al borde de las lágrimas la productora que abastecía a unas 300 personas en toda la provincia que habían visto mejorada su calidad de vida a partir del uso de estos productos.
Perseguida
Ahora, el abogado que la patrocina, Gabriel Jinkus, señaló en Acá Te Lo Contamos por Radioactiva 100.7 que “esto no pasa sólo en Misiones, en varias partes del país hay personas haciendo un trabajo social que no hace el Estado y termina siendo perseguida”.
Y sostuvo: “Lo que está penado en nuestro país es la venta de estupefacientes y no es este el caso. Este es un claro caso de una persona que en un acto solidario fabrica el aceite para quien se lo pide, además la gente le tiene que traer la materia prima porque no es algo que se venda en el mercado. Personas como Rosana se exponen a este tipo de situaciones. Esto no es un acto ilegal, está regulado. La ley 27.350 dice ‘si el uso es medicinal queda excluido de la aplicación de la ley de estupefacientes’”.
Comentó que su defendida todavía no declaró porque, enterada de la imputación del supuesto delito, entró en una grave crisis que la dejó muy mal de salud.
“Este tipo de causas generalmente las inicia alguien que compite desde el mercado negro y ve una especie de competencia que los deja afuera y se aprovechan de la desesperación de la gente. Cosa que no es el caso de Rosana y las ONG. Ella sólo recupera los costos de la electricidad, los goteros, las extracciones, no está lucrando”, afirmó Jinkus.
Sobre cómo actuó el juzgado federal obereño, contó que “fueron muy maduros, están viendo las curiosidades que presenta el caso y acompañar de alguna manera a la imputada en su defensa. No están cayendo en la calumnia que representa esta denuncia de un particular que busca algún tipo de beneficio”.
Por otra parte, en base a fuentes consultadas por este medio en el Juzgado Federal de Oberá, se supo que las denuncias fueron dos y se realizaron en la Policía Federal y la División Antidrogas de Eldorado. Esta última solicitó una investigación que inició la Fiscalía Federal de Oberá, que corroboró la venta de aceite de cannabis.
Las fuentes judiciales explicaron que ante ello e informaciones solicitadas se emitió la orden de allanar dado que la actividad podría estar dentro de una infracción a la Ley de Lucha Contra el Narcotráfico.
“Se encontró todo lo que tiene que ver con la producción: materia prima y el producto final como goteros de aceite de cannabis, jabones y cremas”, dijeron las fuentes ligadas a la causa.
Además expresaron que la imputación recayó contra tres personas que viven en el domicilio, una de ellas es Rosana Vier, a quienes ya se le leyeron las pruebas en su contra.
Pericias clave
Unas pericias que se realizarán próximamente podrían ser clave en el futuro judicial de los imputados.
Según explicaron serán pruebas químicas que se le harán a los productos para conocer los componentes activos que tienen o no esos goteros, jabones y cremas. También se pedirá información a organismos del Estado para saber de la nocividad o propiedades curativas y paliativas que puedan tener esos productos que, si llegan a estar dentro de la Ley 27.350 de Investigación Médica y Científica del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados, podrían reencauzar la causa o encuadrarla en otra situación que beneficiaría a los ahora imputados.
Aunque por el momento el delito que se investiga es “tenencia de estupefacientes o sus derivados con fines de comercialización con una pena de 4 a 15 años de prisión. Pero la situación está en un gris en cuanto a la producción de medicinas alternativas”, expusieron.
Por eso, y a raíz de que los Vier tienen arraigo en la ciudad de Puerto Rico y no se darían a la fuga ni entorpecerían la investigación ni pericias, “se decidió no dictar la prisión preventiva y van a atravesar el proceso en libertad”.
Usuarios están preocupados por sus tratamientos
Difundida la noticia por este medio, diferentes usuarios del aceite o cremas a base de cannabis dieron su testimonio sobre cómo cambió su vida a partir del uso de este producto.
Además se mostraron preocupados porque no saben cómo les podría afectar en su estado de salud la interrupción del tratamiento que estaban realizando con cannabis.
“Mi mamá tiene 87 años y hace años toma las gotitas -que produce Rosana Vier en Puerto Rico- y desde entonces dejó de tener los dolores que tanto le hacían sufrir”, contó Sara Echeverría en comunicación con este matutino.
“No quisiera que la dejen sin su remedio, nunca le hizo daño”, sostuvo.
Por su parte, Mirta Bogado, manifestó: “Es muy lamentable lo que le hacen a esta señora pionera en la fabricación de paz para las familias. El que no tiene un familiar con estas patologías no tiene la menor idea del sufrimiento de las personas”.
Y explicó su situación y por qué es usuaria del aceite para su hija: “Tiene que haber por lo menos cuatro personas para sujetar, en mi caso, a mi hija cuando le agarran los ataques de los que, desde que me animé a darle las gotitas de cannabis, hasta puedo ir al baño tranquila, porque ni eso podemos hacer los padres de estas personas”.
Y se preguntó qué harán de ahora en más sin el producto a su alcance. “Cuando llegamos a la solución otra vez el Estado coartándonos la dicha”, lamentó.
Por último, otra persona reflejó su caso, que se repite en decenas de otros testimonios en la provincia: “Es una pena que hayan denunciado a Rosana. Yo consumo el aceite que ellos producían y realmente mejoró mi calidad de vida”.
Y agregó: “Yo no veo que se haya enriquecido con la venta de los aceites que produce. Por otro lado, el que la denunció lo habrá hecho desde la ignorancia, el aceite de cannabis no es un estupefaciente, a mí nunca me produjo ningún efecto alucinógeno, no lo consumo por placer, mejora mi salud”.
FUENTE: elterritorio.com.ar