Diciembre se presenta como un mes intenso para el gobierno, ya que mostrará al menos el nivel de organización para aplicar las primeras vacunas que llegarán desde Rusia que buscan inmunizar antes de que el 2020 llegue a su fin a 300 mil argentinos. Y con ello comienza una carrera para llegar con la mayor cantidad de vacunados al otoño, donde se produciría la tan mentada segunda ola que en la actualidad causa estragos en Europa. Mientras tanto, los rusos ya comenzaron a recibir su vacuna, y en el Reino Unido la experiencia comenzará este martes. Las vacunas en cuestión son la Sputnik V, en Rusia, y la elaborada por Pfizer-BioNTech, en el Reino Unido. Ambas llegarán a la Argentina y esperan la aprobación del Anmat. Según publica hoy Tiempo Argentino, en el Ministerio de Salud ya trabajan en dos escenarios posibles, de acuerdo al cronograma de entrega de los laboratorios. En ambos se recibirían al menos 54 millones de vacunas hasta julio, lo que permitiría llegar al invierno con casi toda la población mayor de 18 años inmunizada.
Si bien se empezará a vacunar una vez que la Anmat apruebe el uso de emergencia de las vacunas candidatas y lleguen las dosis al país, el propósito es disminuir la morbi-mortalidad causada por la enfermedad. Para eso se comenzará a vacunar a los grupos de riesgo (mayores de 60 y personas con comorbilidades asociadas a formas graves de la enfermedad) y al personal esencial, entre ellos los trabajadores de la salud y de las fuerzas de seguridad.
“En diciembre tenemos dos posibilidades: la vacuna rusa y la de Pfizer. Ambas presentaron al país cronogramas que incluían entregas este mes, pero hay que terminar de cerrar los contratos, obtener la aprobación de Anmat y recibir las dosis”, advierten altas fuentes de la cartera sanitaria. Los dos primeros pasos se dan por descontados. El dilema pasa por la entrega efectiva de las vacunas. “Los laboratorios no terminan de blanquear del todo cuándo y cuánto, porque están negociando con todos los países”, cuentan en el círculo chico del ministro Ginés González García.
Otro dilema tiene que ver con cómo llegan esas vacunas al interior del país y la logística que va a desarrollar cada provincia par la aplicación de la vacuna. Es por eso que van a intervenir varios ministerios para resolver la situación.
A su vez, uno de los problemas que enfrentan la mayoría de los países es conseguir la cantidad de vacunas suficientes para lograr inmunizar a toda su población.
Según detalla Tiempo, el mismo día de la aprobación de la vacuna de Pfizer-BioNTech en el Reino Unido, el consorcio de capitales alemanes y estadounidenses redujo a la mitad su proyección de producción en 2020. En vez de cien millones de dosis, se informó que alcanzaría a producir solo 50 millones durante diciembre. AstraZeneca también tuvo contratiempos. Y no es menor ya que esa vacuna se fabrica en la Argentina y es con la que el gobierno espera vacunar a la mayor parte de la población a partir de marzo.
Este laboratorio preveía terminar los ensayos clínicos en noviembre, pero el freno que realizó en septiembre para analizar algunos casos adversos los demoró. Y los resultados preliminares de la Fase III mostraron distinta efectividad según la concentración de medicamento en cada dosis, lo que obligó a ampliar la investigación. Para entender la complejidad logística, basta mencionar que la vacuna de Pfizer-BioNTech requiere conservación a menos de 80° C bajo cero. AstraZeneca o Sputnik V se mantienen entre 2 y 8 grados bajo cero.
Lo que se sabe hasta el momento es que la vacuna rusa y la de Pfizer serán las primeras en llegar a la Argentina. AstraZeneca también se había comprometido a entregar las primeras vacunas envasadas en marzo, pero las demoras llevarían el plazo hasta abril o mayo.
La Argentina ya tiene identificados a los 11,7 millones de personas que pertenecen al grupo prioritario para recibir la vacuna. Allí están los trabajadores de la salud, el personal de las fuerzas de seguridad, los mayores de 60 años y las personas con comorbilidades.
Pero como las vacunas pueden ir llegando de a pequeñas cantidades, Tiempo consultó si había algún orden prioritario dentro de ese universo. “Siempre primero los trabajadores de la salud, después los adultos mayores de 60 y las personas de riesgo. Según la altura del año en la que estemos, se incorporarán los docentes en el medio. Porque hay que vacunarlos antes de que empiece el ciclo lectivo”, explicaron.
Las vacunas de Pfizer-BioNTech se utilizarán en primer lugar para los 760 mil trabajadores de la salud, ya que en los hospitales hay mayor capacidad para manejar los requisitos de refrigeración. Luego se aplicará a las personas de riesgo que vivan cerca de esos espacios. Para eso será útil el relevamiento realizado por el Registro Nacional de las Personas, que localizó a los 7.735.317 argentinos y argentinas de 60 años o más considerados población vulnerable.