Seis funcionarias argentinas partieron hacia Moscú podrán verificar el proceso de producción de la vacuna rusa Sputnik V y desde fuente oficiales dijeron que el resultado del viaje es clave para los objetivos que se trazó el gobierno de adquirir 300 mil vacunas –600 mil dosis– antes de fin de año e inmunizar contra el covid-19 a 10 millones de argentinos entre enero y febrero.
La delegación del gobierno argentino está encabezada por la viceministra de Salud, Carla Vizzotti. La acompañan la asesora presidencial Cecilia Nicolini y cuatro científicas de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), el organismo que debe aprobar la vacuna en el país.
Vizzotti y el resto de la delegación tienen previsto visitar el Centro Nacional Gamaleya, la institución de excelencia a nivel mundial que desarrolla la vacuna, y la sede de la empresa Generium, que forma parte de su proceso productivo.
“Se realizará la verificación técnica de los establecimientos y los procesos de fabricación utilizados en los productos”, informó escuetamente la Anmat en un comunicado.
“La información (sobre la vacuna) está. Hay que ir a buscarla, hay que ir a verificarla, y lo que la Anmat debe darnos es certeza de que lo que estamos comprando es la calidad que pueden los argentinos recibir”, expresó el presidente Alberto Fernández hace unos días.
El jueves último, el mandatario aseguró que “habrá una primera remesa de alrededor de 600 mil dosis antes de fin de año” y que entre enero y febrero llegarán “las dosis suficientes” para vacunar a 10 millones de personas. El acuerdo con Rusia tiene, además, una cláusula de preferencia para otras cinco millones de vacunas en marzo, si el resto de los desarrollos que negocia la Argentina no estuviera disponible para ese entonces.