El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza recorrió, junto con la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Ana Franchi, el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Rubén Geneyro, la cooperativa Farmacoop Limitada acompañado por su presidente, Bruno Di Mauro. El laboratorio tendrá a su cargo la producción y la comercialización del primer test serológico rápido argentino de COVID-19.
El FarmacovTest, que ya fue autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) durante esta semana, fue desarrollado por científicos del CONICET en el Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales Dr. Rodolfo Ertola (CINDEFI-CONICET) de la Facultad de Exactas de la Universidad Nacional de La Plata y será producido y comercializado por Farmacoop.
Salvarezza destacó que “es una enorme alegría ver cómo la ciencia pasa de un prototipo de laboratorio a la producción. Este test serológico rápido de tira reactiva permite saber, en pocos minutos, si tenemos anticuerpos. Es el test de producción nacional que nos faltaba y es resultado del trabajo colaborativo entre la Universidad, el CONICET y el INTI y que, además, será producido por una empresa cooperativa de base tecnológica, recuperada por sus trabajadores”.
Por su parte, Franchi explicó que el test, llevado adelante por investigadores del CONICET, “tiene la ventaja de poder ser realizado por fuera de un laboratorio o institución sanitaria lo que permite medir anticuerpos en personas que se encuentren en la vía pública, estaciones de transporte público, aeropuertos, entre otros, y además tiene un costo muy accesible porque el 96% de los insumos son de producción nacional”.
En efecto, el nuevo test rápido permitirá realizar estudios poblacionales a gran escala, mapeo y segregación de áreas. Podrá utilizarse, por ejemplo, en plazas, colectivos y escuelas para separar rápidamente a los positivos, a quienes luego se les podrá realizar un hisopado para aislar a los que están cursando actualmente la enfermedad.
En la etapa de desarrollo, el INTI aportó un insumo clave conocido como IPTG (Isopropil-β-D-1-tiogalactopiranósido), para inducir la producción de la proteína N del coronavirus. Esta proteína se coloca en las tiras reactivas del test y su importancia radica en que, al ponerse en contacto con la sangre de la persona testeada, permite detectar la presencia de anticuerpos que, en caso de tenerlos, indicaría que el virus ingresó a su organismo. Este aporte permite fortalecer el proceso de sustitución de importaciones ya que, en caso de este test, el 96% de los insumos son de producción nacional.
A propósito, el presidente del INTI, Ruben Geneyro señaló que se trata de “otro ejemplo relevante de la importancia del sistema científico-tecnológico nacional y la complementación de capacidades para abordar soluciones frente al COVID. Esta dinámica también se refleja en numerosas acciones que venimos impulsando junto al sector productivo, poniendo a disposición todas nuestras capacidades tecnológicas para generar oportunidades, en particular para avanzar en un modelo de sustitución de importaciones, tal como lo demuestra hoy el trabajo de la cooperativa Farmacoop, que también cuenta con todo nuestro apoyo”.
En este sentido, Sebastián Cavalitto, investigador del CONICET y director del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI, CONICET, La Plata) dio detalles sobre los costos y funcionalidades del test que “actualmente existen, pero la mayoría son importados de Oriente. El nuevo producto tiene un costo accesible, que se calcula entre 5 y 7 dólares, y permite ir siguiendo la infección de una manera activa, en lugar de atacarlo de forma pasiva sólo centrado en pacientes con síntomas”.