Ante la alerta por epizootias en Brasil por fiebre amarilla, el Ministerio de Salud Pública de Misiones fortalece acciones de vigilancia, monitoreo y prevención en las localidades que limitan con el vecino país como Comandante Andresito, San Antonio y San Pedro, en búsqueda de monos enfermos o muertos y pacientes con sospechas de síntomas compatibles a fiebre amarilla.
Entre las acciones, los promotores de salud realizan un rastrillaje en los municipios mencionados para constatar la vacunación; y así avanzar en la aplicación de dosis de quienes no cuentan con la antiamarílica.
En la planificación de las actividades participan Salud y el Ministerio de Ecología en la búsqueda de monos muertos.
La alerta fue emitida por el Ministerio de Salud de la Nación, tras la publicación del Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud del Estado de Santa Catarina, el 7 de abril pasado, que indica la presencia de una epizootia confirmada por fiebre amarilla en el municipio de Palma Sola, a 30 kilómetros de la frontera argentina a la altura del Parque Provincial Piñalito.
Antecedentes en Misiones
“En 2008/2009 tuvimos la peor epidemia de fiebre amarilla. A partir del 2001 se empezó con la vacunación, pero en 2011 comenzamos las inmunizaciones masivas en Misiones. Para nosotros junto con Chaco, Formosa y Corrientes, es obligatorio pero en otras provincias es optativo colocársela”, había señaló Jorge Gutiérrez, director de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud de Misiones.
El 95% de la población misionera está vacunada contra es enfermedad que también es transmitida por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue, el zika y la chikungunya.
Sobre las consecuencias que provoca la enfermedad, enumeró: falla hepática, renal, sangrado, falla de todos los órganos y hasta la muerte.
El primer caso de fiebre amarilla selvática en Misiones y en el país se detectó el 3 de marzo de 2008 en un joven de San Vicente que en ese entonces tenía 24 años y trabajaba en una zona de monte denominada Aguas Blancas, de esa misma localidad, donde se habían hallado monos carayá infectados.
El año pasado, en tanto, se registraron dos sospechas de epizootia (muerte de monos) de fiebre amarilla en primates que habitan en la provincia, pero los dos casos fueron descartados.
Operativos en 2020 en la zona Norte
El año pasado se vivió una situación similar a la actual, con alerta desde Brasil por epizootias. En el caso de San Pedro, el rastrillaje se realizó en los parques provinciales y zona rural de Piñalito, paraje Nueva Esperanza, picada San Miguel, Semillera, Yabotí hasta Piñal Seco como así también Esmeralda I y II y Picada Unión y Pozo Azul.
Son zonas que pueden ser conectadas con el estado de Paraná, Brasil, mediante los corredores verdes donde es común la circulación de los monos carayá rojo, carayá negro y caí, que se enferman por la picadura del Aedes, siendo centinelas de la enfermedad. En este punto, además de todo lo que representa la inmunización en las zonas de riesgo, apuntan a la educación ambiental.
En toda la zona mencionada el nivel de vacunación contra la fiebre amarilla es del 100%, pero como la población migra sobre todo a los obrajes, el monitoreo se debe realizar de forma regular para mantener ese nivel inmunitario.
En el caso de Puerto Iguazú, en diciembre y enero, la cartera sanitaria insistió en la necesidad de vacunarse para evitar la posibilidad de propagación de la enfermedad por las vacaciones.
FUENTE: elterritorio.com.ar