“Hay que pensar en la tercera dosis mientras aceleramos las segundas”

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Cuando en marzo del año pasado llegó la pandemia se explicó que la situación se superaba con las vacunas. Cuando en diciembre llegaron las primeras se estimó que para esta época del año la pandemia estaría controlada. Pero llegaron las nuevas variantes del virus más famoso del mundo y esto parece el cuento de nunca acabar.
“La verdad es que seguimos corriendo detrás del virus y hasta que no logremos ganarle la carrera vamos a tener que acostumbrarnos a vivir en permanente guardia porque esto seguirá al menos hasta el año próximo”, explicó a El Territorio el doctor en Bioquímica, Guillermo Docena, que dirige el proyecto de Argenvac, la vacuna argentina que se está desarrollando en la ciudad de La Plata.
Entonces surge la pregunta del millón. Por qué pensar que esto se termina el año próximo si hasta el momento todo hace prever que a pesar de la llegada de las vacunas, se está lejos del fin de la pandemia. “Los meses del verano serán claves para Argentina porque allí se cumplirá un año de las primeras vacunas que se colocaron en el país durante el verano pasado. Por lo tanto, allí se comprobará si la efectividad de las vacunas duran uno, dos, cinco años o toda la vida, como la vacuna de la fiebre amarilla que se pone una sola vez”, explicó el investigador del Conicet.
En ese sentido, dijo que “las vacunas que salieron al mercado lo hicieron en tiempo récord. Había que empezar a frenar las muertes y se empezó a vacunar. Cuando a fin de año se cumpla un año de las primeras inoculaciones en Argentina y en el contexto de la mutación del virus, se sabrá si es necesario aplicar una tercera dosis o si esta conducta de vacunación deberá repetirse cada año”.
Según el investigador, en este momento hay que acelerar lo más que se pueda la colocación de las segundas dosis ante la inminente llegada de la variante Delta y empezar a prever si será necesaria la tercera dosis”.
“De acá a dos años vamos a seguir teniendo reservorios del virus en distintas partes del mundo. En África, donde está vacunado el 1% de la población, hay un reservorio muy grande para que el virus se siga replicando. Y en un mundo globalizado con la gente en movimiento eso se dispara con facilidad. No nos podemos relajar. Hay que seguir cuidándonos, vacunando y estudiando todo tipo de mecanismo para defendernos del virus”.
Combinaciones de vacunas
Las personas que recibieron la primera dosis de la vacuna Sputnik hace más de tres meses están preocupadas porque no están llegando al país las cantidades necesarias para completar el calendario. Hay faltante de segundas dosis de la Sputnik a nivel global. Por eso el gobierno argentino inició una serie de pruebas para ver si es posible combinar las tres vacunas que se aplican en el país: Sputnik, AstraZeneca y Sinopharm.
“Las tres vacunas se pueden combinar sin problema. Es importante avanzar en ese sentido porque necesitamos completar las dos dosis antes de que la variante Delta esté circulando en forma comunitaria. Creo que una segunda dosis de AstraZeneca o de Sinopharm podría ser la solución para las personas que recibieron hace más de doce semanas la Sputnik 1”, señaló el doctor en Bioquímica.
“Hemos analizado a partir de otros trabajos que las mejores combinaciones se encuentran mezclando plataformas distintas. Y acá podemos hacerlo con Sputnik y AstraZeneca, que son de la misma plataforma, combinándolas con Sinopharm”, precisó.
Seguidamente el doctor Docena explicó que las tres vacunas contra el Covid-19 que se aplican en nuestro país fueron diseñadas en base a dos plataformas: las basadas en el empleo de adenovirus (proteínas, fracciones de proteínas y virus completo muerto) como es el caso de la vacuna china de Sinopharm (virus muerto) y las basadas en el empleo de ácidos nucleicos (vectores virales, vacunas a ARN) como es el caso de SputnikV y AstraZeneca (vectores virales).
Argenvac podría estar a fines 2022
En nuestro país en este momento hay seis proyectos científicos en marcha para elaborar en forma local vacunas contra el Covid19 por parte de consorcios de instituciones publicas y privadas. Uno de esos proyectos se está haciendo en la Universidad Nacional de la Plata, donde el doctor Docena es profesor.
Se trata de la vacuna Argenvac que se espera que esté lista a fines del año próximo. Además del doctor Docena, el proyecto está también dirigido por Omar Azzaroni, del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (Inifta). La idea es lograr una vacuna intramuscular y también un spray nasal. Este equipo de investigadores está a la espera de un subsidio económico que los ayude a avanzar en el trabajo que empezaron el año pasado.
“Actualmente estamos en la etapa preclínica, es decir estamos probando en ratones para ver las reacciones adversas mínimas y máximas de inmunogenicidad. Recién una vez superada esta etapa, cuando expongamos a los ratones al virus vivo y no se enfermen, vamos a pasar al ensayo en humanos, que estimamos que empezaremos a hacerlo a fin de año”, explicó Docena. En cuanto a las características de Argenvac, el doctor Docena explicó que “seguimos la estrategia basada en el empleo de proteínas virales, específicamente fracciones de la proteína S, encapsuladas en nanopartículas”.

A la pregunta obligada de por qué Argentina no pudo lograr sus propias vacunas a un año y medio de la pandemia, la respuesta del doctor Docena fue que “no tenemos la financiación ni la infraestructura necesaria para lograrlo en los tiempos que demanda una pandemia”.
Seguidamente dijo que “acá tenemos procesos burocráticos que demoran todo. Pedimos un insumo y tarda tres meses en llegarnos. Mientras que los laboratorios extranjeros lo tienen al otro día en su mesada de trabajo. A eso sumale la cuestión de los costos. Lo que significa para un país como el nuestro comprar afuera, donde todo nos resulta muy caro. Por más buenos recursos humanos que tengamos es imposible competir así a nivel global”.
Además, el investigador científico explicó que “la fabricación de vacunas no se logra de un día para el otro. Depende de una estructura que ya debe estar montada y en funcionamiento constante. Es como practicar un deporte de alto rendimiento. No se sale a la pista a ganar una competencia olímpica de un día para el otro. Se debe entrenar por años. Tener una dieta balanceada. Los controles médicos y todo lo que hace a un deportista de elite. Con las vacunas es igual. Requiere una logística científica en funcionamiento.”

FUENTE: elterritorio.com.ar

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