La revolución digital ha modificado muchos aspectos de la vida. Una de ellas es la forma en la que se obtiene la información relacionada con la salud. Muchas personas recurren a Google para consultar temas de salud, algo normal y habitual porque se ha convertido en una fuente donde buscar todo tipo de información.
Por ejemplo, tan solo en España el 43% de la población usa buscadores de Internet para autodiagnosticarse, según el IV Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon, sobre todo las mujeres mayores de 55 años, seguidas de las jóvenes de entre 18 y 35 años, que usan principalmente los buscadores para encontrar información; muy pocas personas lo hace en revistas especializadas y un 2% se informa a través de las redes sociales.
Cuando esta búsqueda se relaciona con una preocupación excesiva ante temas de salud (hipocondría), el fácil y rápido acceso a datos concretos puede provocar justo el efecto contrario al buscado. Es entonces cuando se habla de un problema: la cibercondría es un efecto de la hipocondría y por lo que se ha podido comprobar, nadie está a salvo de padecerla.
De qué se trata exactamente la cibercondría
El síndrome de Google o cibercondría es una de las denominadas tecnopatías, uno de los trastornos propio del siglo XXI que se deriva del mal uso de las tecnologías de la información.
La hipocondría digital, o cibercondría, es un concepto descrito hace relativamente poco, que se define, como se ha visto, como un comportamiento caracterizado por la preocupación excesiva e irracional ante la salud física frente al temor de sufrir alguna enfermedad. Pero el rasgo que define la cibercondría es el uso del mundo virtual como medio para obtener información.
En muchas ocasiones, la información que se obtiene o bien no guarda relación con lo que le ocurre a la persona o esta no sabe interpretarla bien aunque más no sea por la cantidad de sugerencias para dolencia similares. En otros, puede ocurrir que un síntoma común y general se relacione con patologías graves y poco frecuentes, lo que provoca ansiedad y un temor a sufrir una enfermedad grave. En relación a estas cuestiones, algunos médicos suelen sugerir que no se acuda a internet para obtener más datos sobre cualquier enfermedad porque las búsquedas deben ser muy específicas y hay que saber determinar cuál responde precisamente al síntoma sobre el que se está buscando información.
Cuáles son los principales síntomas de la cibercondría
La cibercondría, como se viene viendo, es similar a la hipocondría en el sentido de que la persona está muy ansiosa por su salud. Es posible tener cibercondría si aparecen síntomas como los siguientes:
1-Se realizan búsquedas compulsivas online de información sobre salud: la persona se pasa el tiempo rastreando información sobre sus síntomas entre una hora y tres horas al día. Por lo tanto, se convierte en una obsesión que afecta su día a día y genera gran ansiedad.
2-Existe preocupación por tener una enfermedad grave, incluso si los síntomas son más leves que los descritos o de padecer más de una enfermedad a la vez. También puede ocurrir que, a pesar de no tener los síntomas que se buscan, la persona acabe sufriendo todos los que describe Google por efecto de la misma paranoia o sugestión.
3-La persona experimenta más miedo y ansiedad, en lugar de alivio, después de buscar la información. Los niveles de ansiedad suelen aumentar hasta límites insospechables cuanto más tiempo se pasa buscando por Internet.
4-Cuando se hace una consulta, siempre se supone que lo que se encuentra en línea es preciso y veraz. Los hipocondríacos no suelen ser cuidadosos sobre el lugar donde encuentran la información de salud. Además, la mayoría de las veces la persona tiende a interpretar de forma errónea cualquier sensación que es normal.
5-Cualquier información, sea la que sea, lleva siempre a las peores conclusiones: en lugar de encontrar alivio a las preocupaciones, la persona se diagnostica a sí misma con una enfermedad en la mayoría de los casos grave y, por tanto, se siente aún más ansiosa. Por ejemplo, una búsqueda en Google de “dolor de estómago” acostumbra a dejar atascada a la persona en lo peor de este síntoma, como el cáncer de páncreas u otros tumores menores pero tal vez igual de riesgosos si no se los trata adecuadamente.
6-En algunos casos, los cibercondríacos no tienen en cuenta la valoración del médico si su consejo va en contra de la información que ellos han encontrado. Es como si buscaran una confirmación de lo que ellos creen que tienen. Este tipo de pacientes suele cambiar a menudo de médico, otra señal de que puede haber un problema puesto que ningún diagnóstico se ajusta a lo que ellos han confirmado vía virtual.
Uno de los principales problemas de la cibercondría es la automedicación. Según el estudio antes citado de Aegon, el 62,69% de las personas que se automedica reconoce que ha buscado la información por Internet.
¿Qué puede hacer una persona con cibercondría?
Aunque parece contradictorio, la persona debe empezar a cuidar, de verdad, de los problema de salud que padece para combatir la ansiedad. Investigaciones del Imperial College London y el King’s College London muestran que la terapia cognitiva conductual dirigida puede reducir la ansiedad por la salud y orientar a las personas a buscar antes el diagnóstico médico controlando su ansiedad.
Esta terapia ayudaría a las personas a desafiar y hacer frente a sus pensamientos, a reconocer cómo mantener la ansiedad a raya, buscar la tranquilidad y controlar el cuerpo.
FUENTE: elciudadanoweb.com.ar