El denominado “síndrome del teléfono apagado” remite al estrés experimentado por individuos que se encuentran en búsqueda activa de empleo y la ausencia de respuesta a las solicitudes laborales enviadas.
A raíz de la sintomatología y el impacto de la situación, se estima que este síndrome afecta a personas de aproximadamente 50 años de edad y que buscan un nuevo empleo tras haber perdido el suyo, que en muchos casos se trataba de puestos de larga trayectoria. Por otra parte, un gran porcentaje también remite a un desempleo de más de un año de duración y de búsqueda infructuosa de trabajo.
Síndrome del teléfono apagado
Los efectos negativos del síndrome de “teléfono apagado” afectan principalmente a cuatro aspectos fundamentales de la salud:
–Ansiedad y depresión: La constante espera de una llamada o respuesta puede generar altos niveles de ansiedad. La incertidumbre sobre el futuro laboral y la falta de control sobre la situación pueden ocasionar síntomas depresivos.
–Disminución de la autoestima y la autoconfianza: La falta de respuestas o rechazos puede causar baja autoestima o poca confianza en las habilidades profesionales de una persona. Pueden surgir sentimientos de incompetencia, de duda sobre su propia capacidad de trabajo.
–Aislamiento social: La vergüenza o la sensación de insatisfacción pueden llevar a las personas desempleadas a no desear el contacto con familiares y amigos y a evitar cualquier interacción social.
–Pérdida del sentido de la identidad: En muchas ocasiones, el trabajo proporciona una sensación de propósito y pasa a formar parte de la identidad de la persona. La pérdida o falta del empleo pueden hacer creer a la persona que está estancada en la vida.
Cómo proceder a tratar este síndrome
En España, desde Generación SAVIA, un proyecto de la Fundación Endesa en colaboración con la Fundación máshumano, ofrecen una serie de soluciones para hacer frente a este síndrome.
–Establecer y mantener una rutina diaria: Esto es fundamental para mantener la motivación. Es interesante incluir actividades como la búsqueda de empleo, el desarrollo de habilidades profesionales, formación en competencias y mejorar el perfil profesional.
–Buscar apoyo social: Es necesario hablar con amigos, familiares y otras personas en situaciones similares. Esto puede brindar consuelo emocional y perspectivas diferentes, además de ampliar la red de contactos.
–Proponerse metas profesionales realistas: No se debe esperar a una llamada, sino que hay que fijar objetivos concretos y manejables para la búsqueda de empleo. Hay que enfocarlo adecuadamente para lograr mantener la motivación.
–Cuidar el bienestar emocional: Hay que continuar practicando aficiones, ejercitando el cuerpo, buscar técnicas de relajación que ayuden, y buscar espacios de diálogo, escucha y descarga como la psicoterapia.