Los científicos pensaron durante mucho tiempo que recompensas como la comida o el dinero fomentan el aprendizaje en el cerebro al provocar la liberación de la hormona dopamina que hace al individuo sentirse bien, conocida por reforzar el almacenamiento de nueva información. Ahora, un nuevo estudio en roedores describió cómo el aprendizaje todavía ocurre en ausencia de un incentivo inmediato.
Dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (NYU), el estudio exploró la relación entre la dopamina y la acetilcolina, una sustancia química del cerebro, que también se sabe que desempeña un papel en el aprendizaje y la memoria.