La cifra es pura y dura: en Argentina más del 60% de los niños se encuentran afectados por diversos tipos de parásitos intestinales. Y ese es el promedio ya que hay diferencias en esta situación de salud en función del área geográfica que los médicos analicen detalle. Así, hay estudios publicados en revistas científicas dando cuenta de prevalencias de parasitosis que superan el 80% de las personas en muchas localidades del noreste del país, especialmente en zonas de alta pobreza y agua corriente ni cloacas.
“De las enfermedades infecciosas, las originadas por parásitos suelen despertar menos interés que bacterianas o virósicas”, le comentó a este medio el pediatra Juan Carlos Beltramino, ex director de Docencia e Investigación del Hospital de Niños “Dr. Alassia”, en Santa Fe. “Y es razonable tras situaciones como la reciente pandemia. Sin embargo, desde siempre, los parásitos han compartido el ambiente con los humanos y han sido la causa de enfermedades graves, en casi todos los continentes”, agregó Beltramino, que también es autor del libro “Niños con parásitos”
¿Qué tan graves? Todo depende del tipo de parásito y de la gravedad o cronicidad de la infección. Pero los expertos recuerdan que “los síntomas y consecuencias cambian según el parásito intestinal que colonice el organismo. Los indicios más frecuentes son: prurito (picor) anal, dolor y distensión abdominal, vómitos, diarrea y fiebre”, le detalló a PERFIL el doctor Edgardo Smecuol, ex presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE). Otros, menos comunes, son la pérdida de peso, tos, alteraciones del sueño e irritabilidad. Pero, si la infección se vuelve crónica con ciertos patógenos, puede causar anemia y desnutrición, gracias a que los chicos tendrán dificultades con la correcta absorción de nutrientes y vitaminas esenciales. “Incluso es posible encontrar niños que tengan retraso en su crecimiento por esta causa”, advirtió el gastroenterólogo.
Geografías de los parásitos
“Los estudios poblacionales hechos en todo el país muestran que las provincias del norte y el este, , como Formosa y Misiones, tienen una prevalencia más alta de esta problemática. En cambio hacia el sur y el oeste se va reduciendo” le detalló a PERFIL el doctor Edgardo Smecuol, ex presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE) Y continuó: “Por ejemplo, se calcula que en algunas zonas de Formosa alcanza al 80%, mientras que en Chubut disminuye y está entre el 30 o 40%”.
Por otra parte, durante décadas se consideró que las diferentes parasitosis eran patologías típicas de áreas rurales. Pero hoy se ha generalizado y es algo mucho más cosmopolita y general. “Se las asocia con el hacinamiento de zonas urbanas y suburbanas sin infraestructura de saneamiento, lo que termina elevando su prevalencia”, explicó Smecuol, “y hoy su presencia es un indicador de índices de calidad de vida y de pobreza”.