Médicos rosarinos realizaron un exitoso trasplante hepático a un bebé prematuro

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“Todo el sanatorio trabajó en esto”, asegura el cirujano hepático Lisandro Bitetti consultado sobre el operativo que se llevó adelante en el Sanatorio de Niños para realizar un trasplante que no tiene registros en Latinoamérica. Se trató de un bebé santafesino que nació prematuro y padeció una especie de hepatitis poco frecuente, por lo que debieron trabajar en simultáneo en varias instancias durante doce horas para retirar un fragmento de hígado de su padre, aplicar una técnica para reducirlo lo máximo posible y adaptarlo al cuerpo de menos de dos kilos del pequeño.

La cirugía se llevó a cabo en octubre del año pasado y este miércoles, siete meses después, el pequeño Elián, un bebé santafesino que nació con apenas 33 semanas y fue intervenido cuando apenas pesaba 1.900 gramos, fue dado de alta.

En diálogo con La Capital, Bitetti, quien estuvo a cargo de la ablación, detalla que la patología de Elián se trató de una hepatitis aloinmune: “No es viral ni autoinmune. Se da en este tipo de neonatos, en los que los anticuerpos maternos no reconocen a las células del hígado y reaccionan contra ellas”.

“Es una patología poco frecuente y tampoco hay un conocimiento como para que estos chiquitos lleguen a tener una posibilidad. Generalmente, o no se diagnostica o se llega tarde”, agrega.

La intervención es la primera en un bebé de tan poco peso registrado en Latinoamérica, “lo que no quiere decir que no haya habido otro caso”, aclara el cirujano. Sin embargo, anticipa que el equipo registrará este avance.

Y comenta: “Lo trasplantamos a los 23 días, ni siquiera tenía fecha de parto cuando lo trasplantamos. En el mundo hay apenas diez trasplantes de este tipo registrados”.

Equipo de trabajo

Contemplar el tamaño ideal para Elián requirió de un cálculo con base en su peso. Pero lo inédito de un caso como el del bebé santafesino obligó a doblar los esfuerzos. Fueron varias intervenciones en paralelo, que involucraron a todo el sanatorio.

Al respecto, Bitetti recuerda: “Mientras Elián iba empeorando, lo pusimos en emergencia y, en paralelo, empezamos a estudiar la anatomía de su padre. Tomamos dos segmentos de su hígado y, sobre ellos, hicimos una hiperreducción del órgano para tener una unidad funcional hepática mucho más chiquita de lo que el padre, por una cuestión anatómica, le podía dar”.

La operación del padre de Elián, del bebé y la hiperreducción se realizaron en simultáneo, en un lapso de 12 horas.

Todo el sanatorio trabajó en esto: los equipos quirúrgicos, anestesiólogos, instrumentación, diagnóstico por imágenes, quirófanos, cirujanos plásticos, kinesiólogos, enfermería, neonatología, terapia intensiva, administración y mucamas”, describe el médico, quien suma que “cirugías extraordinarias requieren de situaciones extraordinarias”.

“Ahora el nene tiene ocho meses y le queda por delante el control y seguimiento de un chico que nació prematuro y, además, los controles hepatológicos de cualquier chico trasplantado”, detalla. Por el momento, Elián y su familia deberán quedarse un poco más de tiempo en Rosario, aunque la espera vale la pena: cada vez falta menos para que vuelvan a casa.

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