Mientras los investigadores se esfuerzan por encontrar nuevos medicamentos y vacunas para covid-19, una vacuna que tiene más de un siglo de antigüedad ha despertado el interés de algunos investigadores.
La vacuna Bacillus Calmette-Guerin (BCG), que se desarrolló por primera vez para combatir la tuberculosis, se está estudiando en ensayos clínicos en todo el mundo como una forma de combatir el nuevo coronavirus.
La tuberculosis y la infección por covid-19 son dos enfermedades muy diferentes: para empezar, la primera es causada por un tipo de bacteria, mientras que covid-19 es causada por un virus. Pero la vacuna BCG podría ayudar a las personas a desarrollar respuestas inmunes a otras cosas además de la tuberculosis, causando “efectos fuera del objetivo”, según la Dra. Denise Faustman, directora de inmunobiología en el Hospital General de Massachusetts y profesora asociada de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard.
“En otras palabras, en formato de ensayo clínico, las personas comenzaron a obtener un beneficio positivo de recibir la vacuna que no tenía nada que ver con la tuberculosis”, dijo.
Faustman ha estudiado cómo la vacuna BCG afecta a las personas con diabetes tipo 1 durante muchos años. Ella está interesada en cómo sus efectos fuera del objetivo cambian el sistema inmune de manera beneficiosa para las personas con enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1.
Aunque el mecanismo exacto para estos efectos fuera del objetivo de la vacuna BCG no está claro, se cree que la vacuna puede causar un impulso no específico de la respuesta inmune.
Actualmente no hay vacunas ni tratamientos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos para el nuevo coronavirus. Aunque tiene la esperanza de que la vacuna BCG demostrará ser efectiva contra covid-19, como con cualquiera de los tratamientos y vacunas en desarrollo, el Dr. William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, admite que el concepto es poco convencional.
“Creo que la vacuna BCG es algo equivalente a un pase Hail Mary”, dijo Schaffner. “Es un concepto tan original que a uno le gustaría ser optimista, pero tendremos que esperar y ver”.
Varios países de todo el mundo están comenzando ensayos clínicos en humanos para evaluar la eficacia de la vacuna BCG, como Australia y los Países Bajos.
Faustman y sus colegas se están preparando para los ensayos en Boston, donde actualmente se encuentran bajo un proceso de revisión de varios pasos. Una vez aprobados, ella y los miembros de su equipo esperan inscribir a unos 4.000 trabajadores de la salud en el ensayo.
FUENTE: CNN en Español